RAJOY OFRECE AL PSOE 'CORREGIR' POR CONSENSO LOS 'DESAJUSTES' DEL ESTADO

 

Propone 17 cambios constitucionales y 11 reformas legislativas / Sostiene que «la negociación pretende algo suicida: preguntar a ETA cómo quiere que sea España»

 

 Informe de Carmen Remirez de Ganuza en “El Mundo” del 03.12.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

MADRID.- Volvió ayer a la política nacional el Mariano Rajoy de las grandes ocasiones. El orador parlamentario contra el plan Ibarretxe, el protagonista de la concentración patriótica y liberal de diciembre pasado en la Puerta del Sol reapareció ayer en Madrid para solemnizar, a cuatro días del 28º aniversario de la Carta Magna, su mayor apuesta de Estado y de reforma constitucional.

El líder del PP no se limitó a presentar una alternativa a la política territorial de Zapatero. Ni siquiera se entretuvo en enumerar la relación de «retoques» o «ajustes parciales» de la Carta Magna y de reformas legislativas propuestas en la Conferencia del PP clausurada ayer como «correcciones» necesarias sobre los «desajustes» del Estado autonómico.

Tras un diagnóstico lúcido y agónico sobre la deteriorada salud de la España autonómica -la actual crisis de la «España unitaria» y el «menosprecio del Estado»- y sobre los tres virus que la han enfermado -un «exceso de ingenuidad en la Transición», la influencia negativa del nacionalismo y la política «partidista» de Zapatero-, lo que hizo Rajoy fue proponer una triple cirugía: «Rectificar los desajustes» del modelo autonómico, para fortalecerlo; garantizar a los españoles un «Estado viable», y «recuperar el consenso» entre los dos grandes partidos nacionales.

Fue el énfasis que puso en esta última solución lo que reportó al discurso de Rajoy su guiño político más fuerte, en dirección al PSOE, y su mayor carga de profundidad contra el presidente del Gobierno, al que, en la línea abierta la víspera por su número dos, Angel Acebes, lo encaró con su propio partido como un obstáculo insalvable para cambiar la Constitución.

«Necesitamos recuperar el consenso», empezó por decir; «lo necesitamos no por razones morales y de legitimidad democrática, sino también prácticas. Estamos hablando de arreglos constitucionales que exigen, afortunadamente, mayorías muy amplias». «Yo confío en que nuestras propuestas encuentren un eco positivo y que, en consecuencia, el PSOE modifique su posición», continuó; «no sé si incurro en un exceso de confianza. Es evidente que hoy el señor Rodríguez Zapatero no quiere pactar conmigo, pero es evidente también que, dentro de muy poco tiempo, cuando el señor Rodríguez Zapatero pierda las elecciones, yo las gane y él sea sustituido en el PSOE, se podrá volver a pactar».

Antes de proclamar este futurible, el presidente del PP había dedicado al legado personal de Zapatero uno de los capítulos más críticos de su análisis histórico sobre el Estado autonómico. «La Constitución podrá tener defectos, la Transición pudo pecar de ingenua y los sucesivos gobiernos han podido distraerse», explicó, «pero conservábamos una válvula de seguridad: el acuerdo entre el PSOE y el PP. Zapatero decidió quebrar cualquier posibilidad de entendimiento entre los españoles e imponernos a todos su propio gusto sin encomendarse a nadie y de tapadillo».

Bajo esa premisa, Rajoy reprochó a Zapatero el Estatuto de Cataluña y la propia negociación con ETA. «Pretende lo más suicida», afirmó en este asunto, «preguntar a ETA cómo quieren los terroristas que sea España». «Se equivoca dos veces», sentenció en todo caso, dando esperanzas a los suyos; «la primera, porque calcula mal sus hipotecas y la lealtad de los nacionalistas; la segunda, porque menosprecia la fuerza que los españoles puedan darle al PP».

No todas las culpas fueron para Zapatero. Rajoy achacó también a los nacionalismos buena parte de la responsabilidad por el deterioro de la España autonómica. «En muchas ocasiones», dijo, «su postura política ha sido positiva y responsable, pero su influencia ha servido para fomentar el error -al que todos hemos contribuido- de confundir nacionalismo con deuda pendiente y nacionalidad histórica con privilegios».

El catalejo al revés

«Hay quien piensa que para poder ser más no basta con ser españoles, sino que necesitan disfrazarse de nación (...), como si en España nos hubiéramos puesto a otear el futuro con el catalejo al revés».

En la parte más liberal y patriótico-constitucional de su discurso, se preguntó: «¿Es que ahora la modernidad consiste en hacernos preconstitucionales? Parece como si, en vez de integrar a los nacionalistas en el proyecto común, hubiéramos logrado lo contrario: transmitir a los españoles su mal ejemplo».

Y lanzó su exhorto político de mayor calado: «Hemos de gastar toda la energía que sea necesaria para corregir este malentendido y explicar a los españoles que sus derechos no nacen de papeles rancios ni de prejuicios polvorientos; que sus derechos derivan de la Constitución y del hecho de ser españoles».

En la misma línea, Rajoy advirtió contra la idea imperante y «cavernícola» de que «no necesitamos tanto Estado», lo que «no se sostiene ni en países federales como Alemania. «Por mucho que se descentralice», insistió, «España es mucho más que la suma de 17 comunidades autónomas. España es un proyecto de vida».

El presidente del PP abogó así por el fortalecimiento del Estado, y a ello, precisamente, subordinó los «ajustes parciales» propuestos de la Constitución.

El presidente del PP no olvidó hacer un guiño con vistas a las próximas autonómicas: «No proponemos cambios que lesionen el Estado de las Autonomías ni que perjudiquen los intereses de ninguna región», dijo; «al contrario, se pretende asegurar el éxito de todas las comunidades y de su conjunto». «Ni siquiera hemos considerado como norma», advirtió, «que deban retirarse competencias transferidas. Reajuste significa poner las cosas en razón. El Estado no puede ser una perpetua incertidumbre que vacía sus contenidos entre la UE y las CCAA».

Rajoy se vistió así de hombre de Estado, y su emplazamiento al PSOE -por encima del cadáver político de Zapatero y del complejo nacionalista- lo hizo extensivo a los demás partidos y a los ciudadanos. «Necesitamos a todos los ciudadanos de a pie, a los políticos, a trabajadores y empresarios, a padres de familia y a estudiantes, a todos quienes tengan algo que aportar para que se sumen a este esfuerzo de reflexión y mejora. No vamos a dejar a nadie indiferente porque estamos hablando de España».


... Y 11 REFORMAS LEGISLATIVAS

Ley de Cooperación Estado-Comunidades Autónomas.

Unificación en una ley estatal de los mecanismos de coordinación de la posición de las CCAA relacionados con la UE

Agencia de coordinación para situaciones de emergencia.

Ley de Ordenación General de la Economía.

Ley de la Comisión para velar por la Unidad de Mercado.

Ley de Educación que refuerce los contenidos comunes, la calidad y el derecho de los padres a elegir la lengua.

Agencia de Calidad de la Justicia.

Ley para el catálogo de prestaciones sanitarias básicas.

Refuerzo legislativo de la unidad e independencia del Poder Judicial y de sus órganos de gobierno.

Recuperación del recurso previo de inconstitucionalidad de los estatutos de autonomía.

Exigencia de dictamen preceptivo del Consejo de Estado para el desestimiento de recursos de inconstitucionalidad y conflictos de competencia planteados por el Gobierno de la nación ante el TC.


17 «AJUSTES PARCIALES» DE LA CONSTITUCION...

Elevar a dos tercios la mayoría para modificar los estatutos.

Incrementar la mayoría para aprobar las leyes que regulan el TC y el CGPJ.

Citar los principios de lealtad constitucional, cooperación y unidad de mercado.

Fijar un núcleo de competencias exclusivas del Estado en política exterior, defensa, seguridad y gestión de crisis.

Habilitar en este sentido a las Cortes para dictar legislación básica y hacer prevalecer el derecho del Estado.

Clarificar las competencias del Estado para garantizar la igualdad en temas como el urbanismo y la inmigración.

Eliminar el supuesto de transferencia del artículo 150.2.

Clarificar que la representación internacional del Estado corresponde sólo al Gobierno.

Concretar el objeto, contenido y procedimiento de reforma de los estatutos.

Garantizar mecanismos de solidaridad en la gestión de recursos esenciales, como el agua.

Reservar al Tribunal Supremo el recurso de casación.

Derogar la Disposición Transitoria Cuarta relativa a Navarra e incorporar sus garantías a la Ley del Amejoramiento del Fuero sin referencia expresa al País Vasco.

Otorgar al TC la capacidad de suspensión de leyes orgánicas.

Constitucionalizar el carácter básico de la Ley de Régimen Local mediante ley orgánica.