RUBALCABA, GONZÁLEZ Y EL GRUPO PRISA QUIEREN CONTROLAR LA CRISIS DEL GOBIERNO Y LA POSIBLE SUSTITUCIÓN DE ZAPATERO

 

Informe de  Rafael Halcón | Madrid  en “Republica.es” del 27 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

El presidente, desconcertado, considera pasado el peligro por la aparente tregua de los mercados y la falta de liderazgo y de programas de Rajoy

 

El presidente Zapatero, anímicamente deteriorado y ajeno a la realidad, cree que lo peor de la crisis económica y el ataque de los mercados a España ya ha pasado, que ha convalidado sus ajustes del déficit en la cumbre del G-20 de Toronto, que el liderazgo de Rajoy no avanza y que tiene tiempo para hacer la crisis del gobierno, desmontar la huelga general del 29-S y lograr con CiU y PNV un pacto de Presupuestos. Y a partir de ahí dar un vuelco a las encuestas sobre expectativas electorales. Pero frente al regreso de Zapatero a su “optimismo antropológico”, el núcleo duro del felipismo, que lidera Rubalcaba y donde se integran Felipe González, el Grupo Prisa y destacados barones regionales del PSOE, considera que el proyecto y liderazgo de Zapatero está agotado o muy deteriorado y que la crisis del gobierno en ciernes es el momento propicio para lanzar su ataque en pos del control del poder del Ejecutivo y del aparato del PSOE.

La aparición del ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en la portada de El País Semanal no es una casualidad ni una inocente entrevista sino un hecho premeditado con el que Rubalcaba -que presume de gran estratega- y sus promotores felipistas del Grupo Prisa podían haber cometido un grave error de cálculo dando por amortizado a Zapatero antes de tiempo. Así lo contemplan desde el palacio de la Moncloa y desde la madrileña calle de Ferraz, donde ven con la mayor desconfianza la imparable ambición de Rubalcaba que, para algunos, está sustituyendo al “millonario” Bono en su ambición de relevar a Zapatero en la Moncloa, aprovechando la dureza de la crisis económica y las obligadas rectificaciones del presidente que lo tienen subido en un infernal tobogán anímico/depresivo, donde a veces da muestras de querer abandonar, o simplemente simula su desfallecimiento para ver que hacen sus posibles competidores desde dentro del PSOE.

Esta iniciativa del Grupo Prisa –donde culpan a Zapatero de sus problemas financieros con La Sexta y Mediapro-, se suma a la reiterada presencia de González en los medios y en el seno del PSOE, convencidos los de Prisa y González (y su clan, Solana, Solchaga, Almunia, Solbes y Boyer) que Zapatero está seriamente tocado y que por lo tanto no está en condiciones de seguir al frente de la presidencia del Gobierno sin un marcaje estricto por parte de Rubalcaba y del clan felipista de González, en el que el ministro de Interior juega el papel de infiltrado en el Ejecutivo en compañía del vicepresidente Cháves y del ministro Gabilondo.

Este “plan B” para el control del nuevo gobierno del presidente, o para su sustitución en caso de nuevo ataque de los mercados, por el verdadero “comando Rubalcaba” lo analizan en Moncloa con la natural preocupación. Porque el ministro de Interior ya pretendió en la primavera de 2008 alcanzar la vicepresidencia primera del gobierno tras la segunda victoria electoral de Zapatero, convencido de que su actuación política había sido determinante en la rectificación de la negociación con ETA y en el acuerdo final con CiU sobre el estatuto catalán. Pero la guardia pretoriana de Zapatero (Blanco, Pajín, De la Vega y Chacón) salió al paso de la escalada de Rubalcaba dando entrada en el Gabinete a José Blanco, considerado ahora el hombre fuerte del Gobierno. Y al que tanto Rubalcaba como el bando felipista político y mediático pretenden atraer para que interprete el papel de Bruto en la Moncloa y culminar su golpe contra Zapatero, en pos de la renovación a fondo del gobierno y del partido.

Un lugar este del partido de donde algunos quieren sacar a Leire Pajín –con “patada hacia arriba”, es decir hacia el gobierno-, por su débil imagen y las permanentes quejas de barones periféricos (Montilla, Vara, Barreda y Griñan) contra el deterioro electoral que están sufriendo, por los errores de Zapatero y su gobierno. Discrepancias que se suman a las tensiones entre Blanco y Pajín sobre la dirección del PSOE y el empeño de la valenciana de mantener a su “íntimo” Tomás Gómez al frente del cartel de Madrid.

Unos barones que ya hablan abiertamente de la posible sustitución de Zapatero con vista a las elecciones generales de 2012, y que exigen la inmediata crisis de gobierno de cara a las citas electorales que ellos tienen: Cataluña en otoño; y autonómicas y municipales en la primavera de 2011. Temerosos todos ellos de pagar con la derrota en sus territorios los graves errores de Zapatero y la debilidad del actual gobierno.

En cuanto a la entrevista de Juan José Millas a Rubalcaba en el dominical de El País –que se suma a la reiterada inclusión del ministro de Interior en los sondeos de este diario sobre posibles presidenciables del PSOE- se puede decir que no aporta noticia ni titular. Se trata de un empalagoso retrato al pastel donde el ministro dice, con la boca pequeña, que no quiere volver a la Moncloa –donde estuvo de portavoz con González-, que está ideológicamente a la izquierda de José Blanco –“soy Mao Tse Tung al lado de Blanco”-, y presume ser un astuto estratega, lo que pudiendo ser verdad demuestra que el mejor escribano hace un borrón, porque en la entrevista descubre su ambición.

El calendario de Zapatero

La solución a todas las incógnitas que rodean a Zapatero se va desvelar poco a poco en los próximos días y con un apretado calendario: fiesta final de la presidencia europea; posible sentencia del estatuto catalán si aprueba en el Tribunal Constitucional; debate sobre el estado de la nación; probable crisis de gobierno; vacaciones, huelga general del 29 de septiembre; elecciones catalanas y votación de los Presupuestos de 2011. De todas estas citas la de la crisis del gobierno es la que atrae la mayor atención dentro y fuera del PSOE. El felipismo y el Grupo Prisa la quiere ya para colocar a sus hombres en puestos claves (Rubalcaba, Solana, De la Dehesa, Chaves, Boyer y Gabilondo), mientras que el aparato de Zapatero (Blanco, Pajín y Chacón) y el Grupo de La Sexta y Mediapro prefieren ganar tiempo, convencidos de que ya ha pasado lo peor y que se debe frenar el ataque felipista. Entre uno y otro bando los barones periféricos del PSOE quieren la crisis inmediata porque sienten en su entorno el deterioro electoral y temen lo peor.