EL ÚLTIMO CABALLO DE TROYA

 

  Artículo de Antonio Robles en “El Mundo” del 03.02.08

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El nacionalismo ha logrado convertirse en el campo de juego donde las ideologias han de saldar sus cuentas. «en catala, si us plau», «crida a la solidaritat», «dret d'autodeterminacio», «som una nacio», «dret a decidir»... Nadie parece jugar fuera

 

 

El Dret a decidir, es el último caballo de Troya que la factoría nacionalista ha fabricado para explotar la buena fe y la indignación de miles de ciudadanos con el mismo fin de siempre: tabularlos en la mística nacional.

El pasado 1 de diciembre fue su último aquelarre, donde no faltaba casi nadie del arco parlamentario. Hasta Pujol y Maragall acudieron a la cita. Con el mismo cinismo de siempre, no dudaron en aprovechar el caos de los trenes de cercanías para atraer hacia el independentismo a personas que están hartas del mal funcionamiento de las infraestructuras.No es nada nuevo; este mecanismo tramposo explica de una tacada por qué el catalanismo ha logrado en 30 años diluir las ideologías en nacionalismo más insolidario.

Lo dejó claro Jaume Sobrequés, socialista, independentista y director del Museo de Historia de Cataluña en un debate de RAC 1 en el que los contertulios se empeñaban en sostener que la manifestación tenía como fin denunciar el mal funcionamiento de las infraestructuras: « el 99% de la gente que vamos a la manifestación es para pedir la independencia; ¡vamos!, si fuera sólo por lo de las infraestructuras, yo no iría». Carles Solà, ex conseller y Oriol Pujol, portavoz de CiU miraban para otra parte, pero la jubilación desenfada y sincera de Jaume Sobrequés ponía negro sobre blanco lo que todo el mundo sabía y disimulaba.

Para salir de dudas, retrocedamos hasta su ADN ideológico: Es una plataforma que se creó a finales de 2005 con el objetivo de realizar una gran manifestación bajo el lema: Som una nació i tenim el dret a decidir. Como «nación» -sostenían- «el pueblo de Cataluña» debe poder decidir su futuro, libre del «colonialismo» español. Por entonces, lo que tenían más a mano para decidir, era exigir que no fuera modificada en el Congreso de los Diputados ni una sola coma del texto del Estatuto aprobado en el Parlamento de Cataluña. Y por ello se manifestaron el 18 de febrero de 2006.ERC fue el único partido del arco parlamentario que la apoyó abiertamente aunque también asistió a título individual y tímidamente Izquierda Unida y Alternativa. El resto pasó. ERC, desde entonces, ha sido quien ha controlado la plataforma y la ideología independentista.El 1 de diciembre de 2007, ha conseguido que CiU y ICV-IUiA se sumen al soberanismo con la disculpa de las infraestructuras.El lema fue: Som una nació i diem prou y Tenim dret a decidir sobre les nostres infraestructures. Y el manifiesto de la convocatoria exigía «el traspàs de la xarxa de transports i d'infraestructures a la Generalitat de Catalunya», la publicación de las «balances fiscals entre Catalunya i l'estat espanyol» y que «la Generalitat recapti i gestioni tots els impostos dels catalans».

El tocomocho logró engatusar a muchas personas sinceramente hartas de las incomodidades de las infraestructuras.

Al final de la manifestación no había duda: Estaban todos los soberanistas; de reivindicación social, nada, ni siquiera hubo un mísero recuerdo para el guardía civil asesinado en Francia por ETA ese mismo día. El mar de banderas y eslóganes independentistas contrastaba con la ausencia total de pancartas sociales. Las infraestructuras habían sido esta vez la excusa para vender su romántico Wolkgeist.

No era la primera vez, a lo largo de estos últimos 40 años, el catalanismo ha logrado engatusar a miles de personas a través de campañas que nada tenían que ver con sus verdaderas intenciones ni fines. Quizás la más eficaz y primera fue el eslogan: «En Català, si us plau». Todos nos añadimos, pero a la vuelta de los años, cuando en 1994 hubieron de ser reivindicados los derechos castellanohablantes con un eslogan similar: «En castellano también, por favor», lo recibieron al grito de «fachas». Idéntico caso fue la reivindicación de la «enseñanza en lengua materna». Les sirvió para adueñarse de las escuelas, para después expulsar de ellas la lengua materna de los demás. Lo peor, los mismos que nos convencieron de lo primero, nos desautorizaron por aplicarlo a lo segundo.

Cuando en 1981 se orquestó por parte del catalanismo una campaña contra el manifiesto Por la igualdad de los derechos lingüísticos en Cataluña que culminó con el secuestro y un tiro a Jiménez Losantos, la indignación social fue instrumentalizada por los mismos que la habían creado para enrolar a todos los partidos políticos, sindicatos y fuerzas sociales en la organización Crida a la Solidaritat. Los mecheros encendidos en un Camp Nou hasta la bandera y la voz morbosa de Lluís Llach iniciaban una década de silencio; fue la dictadura blanca de Pujol. En esos años se fraguó la contaminación y conversión de todas las ideologías al nacionalismo. El mismo PSC se abrasa ahora con la leña que ayudó a echar entonces.

Con el año olímpico de 1992, llegó el Freedom for Catalunya.Un nuevo eslogan, un nuevo redil hasta llegar a Som una nació.Unos y otros están basados en lo mismo: Mi libertad y autonomía sólo pueden estar garantizadas en la libertad y la autodeterminación de Cataluña. Terrible manipulación que ha logrado calar en el corazón de miles de catalanes. La apuesta nacionalista deja así de ser una ideología para convertirse en el «ser» de Cataluña, en un a priori que toda ideología debe presuponer y aceptar para ser. De ahí, que cualquier partido que se declare no nacionalista es necesariamente enemigo de Cataluña.

La indignación por el Dret a decidir, es el último tocomocho.Su origen lo dice todo. Lo enunció por primera vez, el lehendakari Ibarrexte en marzo del año 2000. Con él exigía «el reconocimiento expreso del pueblo vasco a decidir libre y democráticamente su propio futuro» para llevar a cabo su Plan Ibarretxe. De él nace la amenaza de celebrar un referéndum inconstitucional en octubre de 2008. Es este espíritu bravucón contra la legalidad vigente lo que lo ha hecho atractivo para los independentistas catalanes.Hasta el líder de CiU, Artur Mas, se refirió a él para definir el talante de la casa común del catalanismo.

Este caballo de Troya puede llegar a ser uno de los más efímeros aglutinadores nacionalistas. El inicio de una recogida de firmas el día de las Elecciones Generales con el lema Decideixo Decidir! a favor de la convocatoria de referéndums desde Cataluña, deja al descubierto sus verdaderas intenciones. Cada vez les será más difícil «conseguir el efecto sin que se note el cuidado».La Feria del Libro de Fráncfort es un ejemplo: El eslogan Cultura catalana singular, universal tuvo desde el principio la voluntad de excluir a la cultura y lengua españolas. El hipócrita pero prudente catalanismo de Pujol lanzaba campañas cuya forma vendía inclusión para poder excluir sin riesgo; barrunto que esa cultura tiene los días contados en manos de ERC.

Antonio Robles es diputado de Ciutadans en el Parlament de Catalunya