EL FRACASO DE LOS POLÍTICOS ESPAÑOLES

Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 19 de septiembre de 2008

Los políticos españoles que han gestionado la democracia han cosechado un rotundo fracaso, a juzgar por sus frutos. La España que se dice democrática ocupa hoy los primeros puestos europeos en mala calidad de la enseñanza, fracaso escolar, divorcios, destrucción de empleo, abortos per cápita, consumo de drogas, prostitución e incremento de la inseguridad ciudadana y de la delincuencia.

Hay otros capítulos, tan vergonzosos que ni siquiera se someten a estadísticas, seguramente porque no le conviene al poder, en los que España también ocuparía la cabeza del ranking europeo. Nos referimos a factores como el número de ciudadanos que caen en la pobreza, la pérdida de los grandes valores, la insolidaridad, la arrogancia del poder, el sometimiento de la Justicia al poder político, el hundimiento de la calidad de la democracia, el deterioro de la convivencia, la crispación en la vida política, el control gubernamental de los medios de comunicación, la marginación política del ciudadano, el desprecio ciudadano a los políticos, el desprestigio de la clase gobernante, la hipertrofia del Estado, el despilfarro de dinero por parte del poder, la creciente distancia entre ricos y pobres, la desigualdad y la corrupción.

Aunque no se midan, algunos de esos datos sí tienen referentes elocuentes. Los políticos españoles, para vergüenza de esa clase dirigente, aparecen ya en las encuestas entre los diez mayores problemas de la nación. En los sondeos, los partidos políticos figuran como las instituciones más corruptas, por delante, incluso, de la policía.

Esta es la España que nos han fabricado aquellos partidos políticos que fueron tan deseados en tiempos del dictador, transformados hoy, paradójigamente, en el principal obstáculo para que España sea realmente una democracia. La decepción es tan alta entre los demócratas que algunos ya se atreven a decir que "éstos están haciendo bueno al viejo general".