¿QUÉ ESPERA ZAPATERO PARA DIMITIR?

Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del   29 de abril de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

En estos días asistimos al hundimiento de España como sociedad democrática y próspera. El gran culpable del drama es Zapatero, un gobernante fracasado ¿Qué queda de España después de seis años con Zapatero en el poder? El balance es tan sobrecogedor, que los españoles, por decencia y dignidad, deberían obligarle a que dimita, cargado de vergüenza.




Las peores previsiones se cumplen y Zapatero demuestra cada día que es el peor gobernante español desde Fernando VII. España, mal gobernada por Zapatero, se acerca al precipicio y el gobernante fracasado se aferra al poder, sin altura, sin generosidad, sin la dignidad que le debería empujar a dimitir. Los españoles, ante el drama que se avecina, se sienten desesperados y empiezan a rechazar no sólo a la inútil casta política que les gobierna, sino al mismo sistema, que ya no es una democracia sino una vil dictadura de partidos políticos.

¿Mejoró la economía? No.
¿Descendieron los niveles de corrupción? No.
¿Creció la prosperidad? No.
¿Descendió el paro? No.
¿Mejoró la educación? No.
¿Descendió el fracaso escolar? No.
¿Fue derrotada ETA? No.
¿Hay menos delincuentes? No.
¿Hay menos presos en las cárceles? No.
¿Creció el prestigio internacional de España? No.
¿Se acabó con la extorsión de los terroristas a empresarios? No.
¿Se redujo el tráfico y consumo de drogas? No porque España sigue siendo el país más contaminado de Europa.
¿Mejoró la seguridad en las ciudades? No porque España sigue siendo el paraíso de la delincuencia internacional y el lugar donde las bandas operan con mayor impunidad.
¿Viven mejor nuestros jóvenes? No porque casi la mitad de ellos están desempleados y carecen de futuro.
¿Hay más inversión? No.
¿Hay más empresas y empresarios? No porque una empresa de cada tres ha desaparecido o está en grave riesgo de quiebra.
¿Hay menos prostitución? No porque España sigue ocupando puestos en la cima europea de la prostitución y de la trata de blancas.
¿Mejoró el turismo? No porque el número de turistas, con la crisis, desciende cada año.
¿Hay menos pobreza? No porque crece a diario el número de nuevos pobres y el de personas obligadas por la crisis a comer de la caridad y a dormir en las calles, envueltos en plásticos y cartones
¿Ha mejorado el endeudamiento? No porque la deuda española crece sin parar, de manera temeraria, con grave riesgo de quiebra del Estado.
¿Ha descendido el despilfarro público? No porque el gobierno se niega a asumir el programa drástico de ahorro que el país necesita.
¿Hay planes eficaces de austeridad? No.
¿Ha mejorado la agricultura? No porque los productores agrarios están al borde de la ruína, cada día con márgenes menores.
¿Tenemos un mejor sistema de salud? No porque el nuestro, ejemplar en otros tiempos, pierde calidad cada día, no tiene fondos para invertir en nuevos equipos y profesionales y debe a los proveedores enormes cantidades de dinero.
¿Están garantizadas las pensiones? No.
¿Ha mejorado la convivencia? No porque crecen los guetos y la xenofobia por todas partes.
¿Existe más libertad? No.
Ha mejorado la democracia? No.
¿Hay más libertad de expresión y de prensa? No, pero los medios amigos del poder reciben más dinero público para resistir la crisis, a cambio de propaganda, mentiras e impunidad para los políticos.
¿Ha descendido el alcoholismo? No porque España sigue estando en los puestos de cabeza de Europa.

Entonces, ¿donde están los logros y éxitos de Zapatero?

Para verlos, hay que preguntar a sus amigos y a la propia casta política, que se han blindado frente a la crisis y que han incrementado sus sueldos y privilegios. Hay que preguntar a los funcionarios, a los que se les ha subido el sueldo, a pesar de que España necesita ahorro. Hay que mirar a los sindicalistas y a la patronal, que reciben más subvenciones a cambio de sometimiento y apoyo al poder gubernamental: Los artistas de la "ceja", que reciben subvenciones públicas a cambio de producir el peor cine y la peor música desde la muerte de Franco, son también beneficiados del "Zapaterismo". Pregunten también a los colectivos de feministas, gays y lesbianas, a los que el gobierno subvenciona generosamente a cambio de apoyo político. Analicen la situación de los sectores más lumperizados y fanatizados de la sociedad, a los que el gobierno proporciona ayudas y subsidios para que sobrevivan, logrando a cambio fanatismo y apoyo de los sectores más marginados, improductivos e incultos de la población.

El balance de Zapatero es desolador y la conclusión evidente es que un dirigente político tan fracasado y dañino para España debe dimitir. Si, por falta de decencia y dignidad política no lo hace, la obligación de los ciudadanos es echarlo del poder.

Oponerse al tirano o al mal dirigente que conduce a su pueblo hasta la ruína es un derecho reconocido en todos los códigos, desde los que se apoyan en la ley natural hasta los que sostienen las democracias. Para los ciudadanos decentes y demócratas, expulsar al mal gobernante del poder no es una opción sino un deber ineludible.

"La aceptación de la opresión por parte del oprimido acaba por ser complicidad; la cobardía es un consentimiento; existe solidaridad y participación vergonzosa entre el gobierno que hace el mal y el pueblo que lo deja hacer".

Víctor Hugo