LOS CADÁVERES DE ZAPATERO
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 04 de mayo de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Con su
incapacidad para afrontar la crisis y su miedo a perder votos, Zapatero está
llenando España de cadáveres. Por culpa de Zapatero, España es ya un enorme
cementerio donde no sólo los casi cinco millones de parados claman contra el
inepto que les llevó a la pobreza y a la desesperación, sino que lo hacen
también los cientos de miles de autónomos y de empresarios que han tenido que
cerrar sus empresas y negocios por culpa del mal gobernante que ocupa la
Moncloa y los muchos españoles que creían vivir en una democracia, a los que
Zapatero les ha hecho sentirse víctimas de una sucia dictadura de partidos.
Mientras España retrocede cada día en el mapa de la riqueza mundial y llena el
cementerio nacional con más de mil parados diarios y miles de pequeños
talleres, comercios y empresas obligados a cerrar, Zapatero, por su miserable
miedo a perder votos, sigue postergando las soluciones y negándose a adoptar
las medidas que el país necesita.
Ahora ha convocado en la Moncloa a Mariano Rajoy para tratar del rescate de
Grecia, en el que la arruinada España empeñará nada menos que 10.000 millones
de euros, pero no lo ha convocado para otros asuntos más urgentes y
trascendentales, como las reformas que España necesita para salir de la crisis,
que Zapatero se niega a emprender atentando así contra los intereses generales
y contra el futuro de la nación.
Nadie duda que lo que hace Zapatero es legal, pero algún día la Humanidad
considerará delito esa actitud y la sociedad castigara como un crimen peor que
la prevaricación lo que hoy hace Zapatero: retrasar medidas urgentes y
soluciones para no perder popularidad, votos y, quizás, el poder.
Zapatero sabe que España tiene que hacer una reforma laboral porque su mercado
de trabajo es el más rígido y frágil de la Unión Europea. Lo sabe y lo admite,
pero lo retrasa, causando a la sociedad y a la economía un daño terrible y
diario que, si hubiera justicia, debería pagar.
Los millones de cadáveres que la ineptitud del presidente están causando claman
venganza y, aunque el líder del PSOE sea impune en esta España nada
democrática, el clamor de los desposeídos y arruinados que él mismo ha
generado, le perseguirá el resto de sus días. Si hay infierno, tendrá que pagar
los daños causados retorciéndose en el averno como un gusano, pero, aunque no
crea en el castigo eterno, los cadáveres siempre son capaces de arruinar el
futuro terrenal de quien los mata.
No sabe cómo ganar tiempo. Lo mismo abre un debate sobre el "modelo
austriaco" que afirma que para hacer la reforma tiene que haber acuerdo
entre patronal y sindicatos, algo imposible sin que el gobierno arbitre y
empuje. Todo menos introducir las reformas que los expertos y las grandes instituciones
mundiales le exigen. Su retraso, pertinaz, mezquino, cobarde e irresponsable,
causa a diario más parados, más pobres que hacen cola en los comedores de
caridad y más talleres, comercios y empresas que cierran sus puertas.
El tejido productivo español, el futuro de la nación y la prosperidad son los
tres grandes cementerios que ha creado un Zapatero que, sin la menor duda,
pasará a la Historia como el peor gobernante de la España moderna, cuyo perfil
de energúmeno inepto será estudiado pronto como modelo negativo y como político
a desechar en las escuelas de negocios, thinks thanks políticos y universidades
del planeta.
Zapatero es practicante de un tipo de política que el mundo tiene que desechar
con urgencia si quiere avanzar y salir del actual charco de podredumbre. Es una
política sin valores ni principios, pragmática, inmoral y calladamente
totalitaria, donde el gobernante es impune y se siente autorizado a legislar y
gobernar como quiera, incluso en contra del bien común y de la voluntad
popular. Sus protagonistas son los que están asesinando la democracia y
convirtiéndola en una dictadura de partidos nauseabunda.
El pueblo tiene derecho a que sus gobernantes le procuren soluciones y
remedios. El pueblo es, en teoría, el soberano del sistema y no debe tolerar a
tipos impunes que nunca responderán de sus errores y de los enormes daños que
causan gobernando mal y equivocándose. gente cuya única obsesión es mantenerse
en el poder, personajes merecedores del mayor desprecio.
Aunque los ciudadanos españoles, cobardes y aborregados, no seamos capaces de
hacerle pagar sus estragos, los cadáveres que Zapatero ha dejado en la cuneta
se encargarán de hacerlo. Que nadie lo dude porque en España siempre los
muertos han sido más letales que los vivos.