ESPAÑA: LA AVARICIA INSENSATA DEL
GOBIERNO
Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 05 de octubre de 2008
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web.
En Estados Unidos y otros países desarrollados se han bajado
los impuestos a los ciudadanos y a las pymes para evitar el cierre de las
empresas y estimular la economía ante la feroz crisis que conmueve al mundo
entero, pero en España el gobierno avariento e insensato de Zapatero tiene
otros métodos: sube veladamente los impuestos y ordena a las fuerzas policiales
y de inspección del Estado que recauden cientos de millones a través de
denuncias, sanciones y multas.
Como consecuencia de esa insensata avaricia, más de 300 empresas españolas,
casi todas pymes y negocios de autónomos, están cerrando cada día, lo que
produce casi 3.000 nuevos parados diarios, pero el gobierno de Zapatero se
niega a bajar los impuestos para mantener a toda costa el sobrecargado, absurdo
e inutil aparato burocrático, con casi tres millones de funcionarios y
trecientos mil enchufados y asesores viviendo del presupuesto, cuando hace dos
décadas ese ejército estatal superfluo e inútil tenía apenas la mitad de esos
efectivos.
Han elevado el IRPF más del cinco por ciento ocultamente, sin que haya existido
debate alguno, por miedo a perder votos ante una medida tan impopolar e
inadecuada, porque el gobierno se ha negado a deflactar la inflación, como
venía haciendo cada año, mientras que se han elevado enormemente las tasas que
cobra la administración a los ciudadanos por los servicios que presta, lo que
implica una presión fiscal todavía mayor para los españoles.
Las medidas reflejan una avaricia insensata por parte del gobierno, que se niega
tercamente a renunciar a ingresos a pesar de la crisis y porque incrementar la
presión fiscal en tiempos de difíciles equivale a cerrar empresas y a producir
desempleados en masa.
La ciudadanía española, ante esa situación injusta e inconveniente para la
nación, continúa sometida y se deja esquilmar mansamente, sin protesta ni digna
rebeldía.