LAS TRAICIONES DE FELIPE GONZÁLEZ
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 16 de junio de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
Al
apoyar a Zapatero en estos momentos críticos, precisamente cuando España
necesita que alguien valiente le diga al presidente que se marche, Felipe
González Márquez ha vuelto a traicionar a España con un nuevo error político y
moral, que se agrega a los que cometió como presidente del gobierno, cuando dejó
el país medio arruinado, con la tasa de paro más alta de su historia, plagado
de corrupción y practicando el terrorismo de Estado.
Muchos españoles, conocedores del mal concepto que Felipe tiene de Zapatero,
habíamos puesto la esperanza en que, desde su responsabilidad histórica de
expresidente de la nación, se atrevería a hablarle claro a Zapatero y a pedirle
que convoque elecciones anticipadas, como conviene al país y como reclama ya
más del 60 por ciento de la población, según todas las encuestas, pero una vez
más se impuso el falso sentido de la "lealtad" y Felipe prefirió
traicionar a España antes que perjudicar a su partido.
En los pasillos de Bruselas dicen que Felipe González se comporta ya como un
multimillonario, no como un político. A la vista de lo que acaba de hacer en
España, es probable que sea así.
En sus conversaciones privadas, Felipe González es muy crítico con Zapatero, al
que detesta. En algunas apariciones públicas, le ha lanzado puyas y críticas
más o menos hirientes, como aquella de que "Rectificar es de sabios, pero
hacerlo a diario es de necios", o aquella que le lanzó a la cara
recientemente, cuando le dijo que "los socialistas estamos
deprimidos", o la todavía más reciente]url:http://www.nuevatribuna.es/noticia.asp?ref=36206
de que a Zapatero "le ha golpeado la realidad de la crisis" y que
"eso se le nota". Sin embargo, a la hora de la verdad, en lugar de
ser consecuente con su criterio, Felipe apoya al agonizante líder socialista
español, que está llevando a su país hasta el abismo de la pobreza, el
descrédito y la derrota.
Felipe no es tonto y sabe que el problema principal de España es Zapatero, un
insensato al frente de un país secuestrado, que ha mentido demasiado, que ha
perdido la confianza de los españoles y en el que ya ni siquiera creen los
mercados, ni sus colegas que gobiernan los grandes países occidentales. Pero
Felipe silencia sus criterios y no actúa de acuerdo con esa verdad dramática de
que Zapatero es un estorbo para todos y una ruina viviente para España,
demostrando así que antepone sus propios intereses de millonario
internacionalmente influyente a los intereses de su propio país.
Otra
desgracia para España.