INFINIDAD DE RAZONES PARA QUE UN DEMÓCRATA VOTE EN
BLANCO
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 05 de julio de 2010
Por
su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en
este sitio web.
El
formateado es mío (L. B.-B.)
Con un breve comentario al final:
¿DEBERÍA VOTAR
EN BLANCO UN DEMÓCRATA EN ESPAÑA?
Luis Bouza-Brey (5-7-10, 18:30 hs.)
Hay
muchas razones que convierten el voto en blanco en la opción más razonable para
cualquier demócrata del planeta, pero hay países, como España, en los que la
traición de los políticos al sistema democrático ha sido tan profunda y salvaje
que votar en blanco se ha convertido en un deber ciudadano ineludible y una
obligación ética.
Cuando la democracia funciona y es justa, el voto en blanco tiene escaso
sentido, pero cuando la democracia está degradada y degenerada como
consecuencia de la pésima labor de los políticos y de sus partidos, el voto en
blanco es revolucionario y un poderoso agente de limpieza. Los políticos no
quieren que votemos en blanco porque ese voto representa claramente un rechazo
a sus propuestas y a su protagonismo en el sistema. Ellos prefieren que
votemos, aunque sea al partido contrario, porque ese voto fortalece el sistema
que ellos dominan y controlan. Votar a la oposición para castigar al gobierno
es un recurso inútil que alimenta la partitocracia y
corrompe todavía más la democracia.
La única salida decente para un verdadero demócrata es lanzarle a la
"casta" política la bofetada en el rostro que el voto en blanco
representa en democracia, la mejor manera de recordarles que no nos gustan, que
han corrompido el sistema, que son arrogantes, que su mal gobierno nos está
conduciendo a la ruina, que no aceptamos su corrupción, ni la prostitución de
la democracia, ni la expulsión del ciudadano de los procesos de toma de
decisiones, una marginación que corrompe la esencia misma del sistema democrático,
en el que el ciudadano es soberano y protagonista.
Entre las muchas razones que sustentan el voto en blanco, hay dos que
sobresalen:
1.- Los políticos, ineptos y corruptos, merecen un castigo ciudadano por el
daño que han causado a la prosperidad, a la convivencia, a la decencia y a la
democracia. El voto en blanco es el más duro rechazo a sus propuestas, una
bofetada directa a su arrogancia e inutilidad.
2.- Los partidos políticos se han convertido en el mayor problema de las
democracias y en el gran obstáculo que impide la regeneración. Ellos tienen el
poder y los privilegios y se niegan a reformar un sistema adulterado que les
beneficia y consagra como los "nuevos amos". Los partidos son hoy el
mayor problema de la democracia y la mayor fuerza esclavizante
de la sociedad moderna. Se merecen como nadie que los ciudadanos les golpeen
con un diluvio de votos en blanco en las urnas.
Hay
una tercera razón no menos importante: las leyes que los políticos han hecho
para incrementar su poder y privilegios les otorga dinero por cada voto que
reciben en las urnas. Con el voto en blanco no cobrarán ni un céntimo del
erario público.
El recién desaparecido Saramago, Premio Nobel de Literatura, lo escribe en su
"Ensayo sobre la Lucidez": "El sistema democrático tiene una
bomba, y la bomba es el voto en blanco. Un cambio democrático puede nacer del
uso consciente, muy consciente, del voto en blanco. Eso sería darle un susto,
un susto tremendo al sistema electoral. A mi me
gustaría que la ciudadanía le diera un susto muy fuerte a la clase política con
el voto en blanco. Así se tenga el 80 por ciento de abstención, el sistema
seguirá funcionando, pero qué ocurriría, ¿qué haría un gobierno si se encuentra
con un 80 por ciento de votos en blanco?"
Las mismas ventajas y atributos democráticos del Voto
en Blanco son extensivos al Voto Nulo con
Reproche, consistente en introducir en las urnas una papeleta en la que
el ciudadano ha escrito una frase de reproche, un mensaje explícito cargado de
denuncia, algo así como "chorizos",
"ladrones" o "traidores".
La abstención no es una actitud justificable en democracia porque implica
desprecio al sistema. El que se abstiene rechaza la democracia, mientras que el
que vota en blanco o anula su voto incluyendo un reproche en la papeleta acepta
la democracia y ejerce su derecho al voto, una conquista irrenunciable de la
Humanidad, pero rechaza a los políticos que han prostituido ese sistema y se
benefician de él.
Los políticos se merecen el reproche y el desprecio de los ciudadanos
demócratas, no sólo porque han traicionado y degradado la democracia, sino
porque no han sido capaces de mejorar el mundo, ni de solucionar ninguno de los
grandes problemas de la Humanidad: hambre, desigualdad, indefensión,
inseguridad, pobreza, explotación, violencia...
Entre las muchas razones que justifican la necesidad de despreciar y rechazar a
los políticos destaca una que es sustancial y que afecta al núcleo del
problema: el robo de la democracia.
Casi todos los males que aquejan a nuestro mundo, desde la actual crisis
económica al desempleo masivo, la crueldad, la violencia, el hambre, la
injusticia y la desigualdad, tienen su origen en una fechoría histórica de
grandes proporciones: "el gran robo de la democracia", que fue soñada
e ideada por los hombres y las mujeres libres para que nos liberara de la
opresión y que después nos fue arrebatada por los políticos, que se tornaron
opresores, como los antiguos señores. Ese es el gran pecado de origen que marca
a la actual "casta" política y la convierte en despreciable.
Los dueños de la democracia, sus accionistas, somos los ciudadanos, pero los
políticos, que eran nuestros empleados, nos han robado nuestra gran empresa
colectiva.
"El robo de la democracia" es uno de los más sucios y vergonzosos
episodios de la historia de la delincuencia mundial. Es un capítulo abierto en
la Historia de la ignominia que algún día, cuando la Justicia vuelva a reinar,
tendrá que ser castigado con todo rigor. Hasta que los ladrones no restituyan
lo que un día rapiñaron, no son otra cosa que usurpadores ilegítimos de una
propiedad ajena, simples ladrones impunes, amparados por una ley injusta que
ellos mismos han dictado.
El "Voto en Blanco" es la respuesta de los ciudadanos despojados a
sus verdugos, a los que se han apropiado, mafiosa e indignamente, de nuestra
ilusionante empresa común.
Breve comentario final:
¿DEBERÍA VOTAR
EN BLANCO UN DEMÓCRATA EN ESPAÑA?
Luis Bouza-Brey (5-7-10, 18:30 hs.)
Hay que ir pensando ya lo que
debería hacer un demócrata, en las circunstancias actuales, ante unas
elecciones generales, y evaluar beneficios y costos para la democracia de cada
de una de las opciones de voto.
Pero las opciones de voto de un
demócrata hoy en España no son las normales, pues la democracia bananera y
degenerada en que consiste hoy nuestro sistema
político no es normal, sino un engendro pervertido de las ilusiones con las que
comenzamos el trayecto en 1975. En ese sentido, los análisis que hace Rubiales
en sus artículos acerca de la democracia en España son verídicos, y el país
necesita realizar un cambio de rumbo radical, si no queremos retroceder varias
generaciones en la Historia. La pregunta a hacerse es, ¿y cómo forzar o apoyar
ese cambio de rumbo con el voto?
Y la respuesta es muy difícil,
puesto que la única opción de cambio realmente existente es el PP, pero ¿qué
pasaría si el PP, pese a sus declaraciones de estos años, ganara las elecciones
---con mayoría relativa o absoluta--- y no cambiara radicalmente el rumbo del
país, volviéndose a aliar con los etnonacionalismos y rechazando el cambio?
Es cierto que hace ya cinco y tres
años algunos fundamos primero Ciudadanos y luego UPyD,
como las opciones necesarias para conseguir el cambio de rumbo, pero quienes
cambiaron el rumbo, en una dirección distinta a la esperada, fueron los
dirigentes de ambas organizaciones, transformándolas en zombis tambaleantes y
vampíricos, después de haberse devorado el espíritu del Tívoli
o los compromisos de Democracia. Y el tiempo nos ha consumido, sin que hayamos
sido capaces de construir, con tiempo para impulsar el cambio de rumbo, una
Alternativa Democrática a la corrupción degenerativa del sistema político de
nuestro país.
Así que, para un demócrata que crea
en España, hoy las opciones son abstenerse, votar en blanco, votar Nulo con
denuncia o votar al PP. Lo demás, los etnonacionalismos miopes, la
autodenominada izquierda corrupta y/o residual, o los variados caciquismos
locales, no son opciones racionales ni sensatas para cambiar el rumbo del país
y evitar su despeñamiento hacia el fondo de la Historia.
Tengo un amigo que vacila entre
votar con una papeleta del PSOE-PSC adornada con una gran pintada que diga
¡TRAIDORES!, o votar al PP, que aunque parece la única opción de cambio
existente, puede que tampoco lo sea. Aunque éstos deberían darse cuenta de que
o impulsan un cambio radical del sistema político del país o a ellos también
les tocará en las siguientes elecciones ser votados con la papeleta de
¡TRAIDORES!
En España, hoy, los que intenten
ganar tiempo no hacen más que perderlo y hacérselo perder al país.