ESPAÑA: CAMINO DE ARGENTINA
Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en blanco” del 02 de febrero de 2009
Por su interés y relevancia
he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
El profesor y economista Juan Velarde Fuentes, Premio Príncipe de Asturias de
Ciencias Sociales y ex consejero del Tribunal de Cuentas, ha advertido que
España, si continúa sin afrontar sus problemas, puede estar recorriendo el
"camino de Argentina", país que pasó de tener un "glorioso
porvenir" a ser un país "subdesarrollado". Velarde ha descrito
el Plan de Estímulo de la Economía y el Empleo (Plan E), que el gobierno de
Zapatero ha puesto en marcha, como "un amasijo de cosas inconexas, a
semejanza del plan que el presidente argentino Juan Domingo Perón desarrolló en
su época”.
El caso de Argentina
no sólo presenta un paralelismo amenazante con el de España porque aquel país
pasó de la riqueza y la prosperidad a la pobreza económica, sino porque la
degradación de su liderazgo, el mal gobierno y la corrupción terminaron por
contaminar y degradar a su ciudadanía, que perdió los grandes valores que la sostenían
como pueblo, precipitándola en la debilidad y, en algunos momentos de su
historia reciente, hasta el envilecimiento, convirtiendo a aquella potencia de
los años 60 en un país subdesarrollado y tercermundista.
El caso de Argentina es el que mejor demuestra en el mundo hasta que punto una
gran nación puede ser envilecida y degradada por su clase política, a través
del mal gobierno, las luchas cainitas, la corrupción, la trifulca permanente,
el desprecio a la ciudadanía, la obsesión por el poder y los privilegios y la
utilización del engaño y la manipulación como método de gobierno.
Produce escalofríos contemplar como el caso de España se
parece cada día más al de Argentina. País rico que llegó a ser la octava
potencia industrial del mundo, España contempla hoy como, arrastrada por la
crisis y, sobre todo, por el mal gobierno, pierde su riqueza a chorros,
destruye su tejido productivo, dinamita sus valores, deshace sus lazos como
nación y se envilece envuelta en la corrupción y el poder insaciable de su
pésima clase política.
A España se le pronostica ya en los grandes medios espacializados del mundo y
en los organismos internacionales una dudosa recuperación de la actual crisis
y, en cualquier caso, será el último país de la OCDE en recuperarse, además de
ser el que más puestos de trabajo pierda y el que padezca una mayor destrucción
de su tejido productivo, todo lo cual ocurre mientras que su gobierno sonrie,
miente con profesionalidad, asegura que España está en la Champion, no aplica
formulas eficaces contra la crisis, reparte dinero por el mundo a manos llenas
y es incapaz de combatir el profundo cancer interno que representa la
estructura del Estado, tres veces mayor de lo necesario, infectado de parásitos
y enfermo de obesidad mórbida, con casi tres millones y medios de privilegiados
cobrando de sus arcas, desde funcionarios y asesores, enchufados, mantenidos,
amiguetes, familiares y protegidos, sin olvidar a una casta política que ocupa
17 gobiernos regionales, 50 gobiernos provinciales, parlamentos regionales y
provinciales, 9.000 alcaldes y miles de concejales.
Esa "casta" política, alienada, instalada en el privilegio y ajena a los sufrimientos de la población, es la que está conduciendo a España, ante el aplauso o la indiferencia de una ciudadanía aborregada y con vocación esclava, por la ruta de Argentina.