ZAPATERO: "ENTERRADOR" DE LA ESPAÑA PRÓSPERA
Y DIGNA
Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 13 de mayo de 2009
Por su interés y
relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
El
frustrante "debate sobre el estado de la nación" del 12 de mayo
demuestra, sin lugar a dudas, tres cosas: la primera es que la democracia
española está podrida, la segunda es que la economía de España, bajo el
gobierno de Zapatero, se dirige hacia el precipicio, y la tercera es que aunque
el gobierno es el principal culpable del desastre, la oposición, mediocre y
falta de impulso democrático, es también culpable y cómplice.
España,
justo con Japón e Italia, fue protagonista de uno de los grandes milagros
económicos del siglo XX. Considerado como un país atrasado y más africano que
europeo, España protagonizó un despegue espectacular de su economía y cultura
que sorprendió al mundo y la convirtió en una de las primeras diez potencias de
la economía mundial. Todo ese concepto de España está siendo
"sepultado" por Zapatero, cuyo liderazgo está conduciendo a España
directamente hacia el cementerio.
Por su
demoledora labor como gobernante, por conducir a España nuevamente hacia el
retroceso y la decadencia, José Luis Rodríguez Zapatero reune
méritos suficientes para pasar a la Historia como el "enterrador" no
sólo de la prosperidad española, sino también de la decencia, la unidad y la
solidaridad, principios básicos de la estructura del Estado.
La imagen del "Zapatero enterrador" no es una exageración ni una
quimera sino el fiel reflejo de una realidad que, poco a poco, toma cuerpo en
la conciencia de los españoles y que está siendo cuidadosamente ocultada a los
ciudadanos con la vergonzosa complicidad de los periodistas y los medios de
comunicación sometidos al poder.
Del análisis del frustrante "Debate", en el únicamente se hablo de
economía y no se analizaron los grandes problemas del país, desde la desunión a
la falta de ideales, sin mencionar siquiera dramas como la corrupción, la
insolidaridad, lel pésimo funcionamiento de la
Justicia, la decadencia en los valores, la inseguridad ciudadana, la baja
calidad de la educación, la pérdida de prestigio internacional, la caída de la
competitividad y el avance de la desigualdad y la pobreza, surge la convicción
de que la España de Zapatero es ya casi un cadaver
que huele mal y se muere infectado por varias enfermedades terminales.
Ese
"debate", trucado y mediocre, ni siquiera ha permitido a los
ciudadanos vislumbrar la España real, la que muere víctima de la corrupción
generalizada, que corroe el sistema; la mentira reiterada del poder, que
dispara la desconfianza; la partitocracia que ha
asesinado y sustituido a la democracia; el mal gobierno, que lleva al país
hacia la derrota y el fracaso; los errores económicos, que nos arruinan y
empobrecen a ritmo de vértigo; el fracaso de la educación, que nos cierra el
camino del futuro; y el hundimiento de los grandes valores y principios, que
nos convierte en una nación envilecida.
Muchos
españoles fanatizados e incapaces de analizar la realidad sin pasión se niegan
a percibir los signos palpables del "rigor mortis" de España, que se
manifiestan en "records" y "logros" que convierten a España
en un país apestado en el escenario mundial: primer puesto europeo en
desempleo, crecimiento de la pobreza, fracaso escolar, crecimiento de la
corrupción, desprestigio de la política y del liderazgo, tráfico y consumo de
drogas, alcoholismo, prostitución, coches oficiales, problemas en la
administración de Justicia y crecimiento desordenado de un Estado insostenible,
que tiene tres veces más funcionarios y enchufados de los que necesita.
La
tarea del "enterrador" es terrible y, unida a la incapacidad de la
oposición para denunciar la tragedia de España, nos están precipitando en un
futuro sin esperanza. Con una sociedad dividida en 17 taifas disgregadas,
enfrentada, sin objetivos comunes, corrompida, hedonista, alejada del esfuerzo,
mal preparada para el futuro en escuelas y universidades sin disciplina ni
calidad en la enseñanza y endeudada hasta límites que ya generan pánico, el cadaver de España ya está casi preparado para la mortaja.
Lamentablemente,
esta España mal gobernada, secuestrada y víctima de pésimos políticos, perdió
la ocasión de oro que representaba el "Debate" para autoanalizar su
decadencia y corregir el rumbo que le lleva hacia el fracaso.