¿SE MERECE LA ESPAÑA FRACASADA DE ZAPATERO PRESIDIR
EUROPA?
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 29
de octubre de 2009
Por su interés
y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio
web
La
España del fracaso económico, del deterioro democrático, del divorcio entre
políticos y ciudadanos y de la trifulca y la desunión política y territorial se
dispone a presidir la Unión Europea, un privilegio que Zapatero, principal
artífice del "fracaso español", tal vez no se merezca.
La
presidencia de la Unión Europea que le corresponde a España en el primer
semestre de 2010, más que un "acontecimiento planetario", como la
definió la imprudente dirigente socialista española Leire Pajín,
quizás constituya un gran riesgo para los europeos. De hecho, la presidencia de
Zapatero significa colocar al frente de Europa al político que lidera el único
país de la Unión que no sabe salir de la crisis y que ocupa los primeros
puestos europeos (y en algunos casos mundiales) en deterioro profundo de la
economía, en avance del desempleo y de la pobreza, en tráfico y consumo de
drogas, en prostitución, alcoholismo, fracaso escolar y crecimiento de la
decepción ciudadana frente a la democracia y a sus líderes políticos. Zapatero
es también un líder que ha logrado dividir a España en lugar de unirla y que ha
impuesto un desquiciante enfrentamiento con la oposición que se traduce en
retroceso y deterioro de la convivencia.
La España que presidirá Europa en 2010 es, también, la que encabeza las
estadísticas de población encarcelada, incremento de la inseguridad, coches
oficiales al servicio de las élites políticas y la que posee una densidad mayor
de funcionarios, asesores, enchufados y amigos del poder cobrando del casi
agotado erario público, además de ser la nación que más intensa y velozmente se
endeuda e incrementa su déficit público y la que posee el Estado más
sobredimensionado y, según no pocos expertos, también el más monstruoso e
insostenible de toda la Unión.
Las estadísticas y sondeos también revelan que el Zapatero que representará a
Europa durante todo un semestre es, igualmente, el líder político de la
sociedad europea que más rápidamente está perdiendo su antigua ilusión por
Europa, la que deteriora con mayor velocidad el respeto por sus dirigentes
políticos, la que acumula más decepción y rechazo ante su "degradada"
democracia y la que amplia más intensamente la fosa que separa a los ciudadanos
y a sus políticos.
Pero los datos dramáticos que el futuro presidente podrá "ofrecer" a
Europa no se detienen ahí. La España de Zapatero es también la que más
intensamente está padeciendo la plaga de la inseguridad ciudadana y la que
menos confía en su Justicia. Los españoles que lidera Zapatero señalan en las
encuestas a los partidos políticos, a la policía y a la Justicia como las
instituciones más corruptas.
Existe,
además, un problema de "sintonía" entre la España de Zapatero y la
Unión Europea, que parecen transmitir en distinta onda en política exterior, en
cooperación militar, en política económica y hasta en ideología. La disonancia
es especialmente intensa en política exterior: los mejores amigos
internacionales de Zapatero no son sus "colegas" demócratas europeos,
sino sátrapas y tiranos tan sanguinarios como los hermanos Castro, de Cuba, y
sus socios de Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Libia, Siria, Irán y otros muchos
de similar pelaje.
La
lista de dramas distancian a España del
"alma" de Europa y parecen querer establecer de nuevo la frontera sur
de África en los Pirineos. Para terminar, podemos aportar otros seis records
"made in Spain":
España es el país europeo más dañado por el nacionalismo excluyente,
independentista y disgregador; también es el paraíso que las bandas
internacionales señalan como el mejor de Europa para delinquir con mayor
impunidad; la sociedad civil española, que en democracia debería tener la salud
suficiente para servir de contrapeso al poder del Estado, está tan ocupada y
manipulada por el poder político que languidece casi en estado de coma; el
índice de periodistas sometidos al poder no para de crecer en España, lo que
impide al país disfrutar de la sana fuerza de la crítica y de la fiscalización
de los grandes poderes por una prensa libre; la pobreza crece en España actual
a ritmo endiablado, hasta el punto de que las filas de los nuevos pobres
esperando su turno en los comedores de caridad se están convirtiendo en una
parte siniestra del paísaje; y, por último, la
democracia española es, según numerosos expertos y analistas, la más
desprestigiada ante sus ciudadanos y la que padece la más intensa degradación
en toda la Unión.
España,
que también es la única nación de la vieja Europa que todavía se enfrenta a un
terrorismo alzado en armas, el de la banda vasca ETA, es una nación enferma y
la única manera de curar una enfermedad parte de que previamente sea
diagnosticada y asumida por el enfermo. La mentira, la propaganda más
descarada, el autobombo y la adulación, propagados desde el gobierno, cuando
afectan a la salud pública, siempre son suicidas.
Los últimos acontecimientos de la política española todavía descalifican más a
Zapatero como futuro presidente de la Unión. El líder socialista español se ha
empeñado en subir los impuestos y en facilitar todavía más el aborto a pesar de
la más que evidente oposición de la mayoría de la sociedad española, mientras
es acusado por el Partido Popular de espionaje telefónico, de utilizar la
política para desprestigiar a la oposición y de intentar presentar ante los
españoles al PP como un partido de delincuentes, acusaciones que, si se
confirmaran, serían claras violaciones de los derechos humanos que en cualquier
país democrático justificarían la dimisión del actual gobierno y unas nuevas
elecciones.