UN ÚLTIMO
GRAN SERVICIO A ESPAÑA DE FELIPE GONZÁLEZ
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 08
de enero de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
Muchos no le
perdonamos a Felipe González errores como haber abierto de par en par las
puertas de España a la corrupción, la capacidad que demostró su gobierno para
fabricar parados y hundir la economía española y, sobre todo, el terrorismo de
Estado que practicó su Ministerio del Interior con los GAL, pero no dudamos que
fue un hombre de Estado cuyo amor y respeto a España están fuera de toda duda.
Por eso, ante
la situación extrema que vive nuestro país en manos de Zapatero, nos atrevemos
a pedirle, como último servicio a la patria, que trascienda los estrechos
límites de la cultura partidista, anteponga los intereses de España a los de su
partido y se atreva a denunciar en público el inmenso daño que su sucesor y
correligionario Zapatero está causando a nuestro país.
No le estamos
pidiendo que denuncie lo que él no siente, ni siquiera algo que él no esté
denunciando ya en sus círculos próximos, donde condena el "zapaterismo" con una crudeza extrema. Sólo le pedimos
que nos ayude a los españoles a librarnos del peor gobernante de nuestra
historia moderna, el cual, gracias a las carencias de nuestra pobre democracia,
puede permanecer en el poder, destruyendo el país, sin que los ciudadanos
puedan expulsarlo de la Moncloa.
Felipe González debería afirmar en público lo que ya dice en privado: que
Zapatero debe consensuar su política "anti-crisis" con el PP y que si
no consigue hacerlo, debe convocar elecciones anticipadas. También podría
repetir en público otras opiniones propias: que su política de endeudamiento es
errónea, que su alianza de "apoyo mutuo" con los sindicatos es mala
para España y que el gobierno que Zapatero preside "no da la talla".
¿De qué nos
sirve a los españoles que González, Leguina, Solchaga, Pedro Solbes y otros socialistas del pasado
critiquen a Zapatero en privado? ¿Por qué no lo hacen en público y logran así
detener el mal que nos hunde y el cáncer que destruye a España? ¿Acaso es más
importante el principio de "lealtad" al partido que el bien de
España? ¿Debe prevalecer el criterio de que la ropa sucia se lava en casa,
cuando el país se va a pique conducido por un inepto cargado de peligro?
Felipe
González está ya en la última etapa de su vida, un periodo en el que uno deja
de competir y gana libertad para decir la verdad, una etapa en la que, como
despedida de nuestra estancia en la Tierra, debemos hacer cosas nobles, capaces
de ayudar al prójimo y de dejar un legado positivo en la Historia. Es el
momento propicio para que un viejo estadista como Felipe preste a España y a
los españoles un último gran servicio, denunciando al gobernante que hemos
elegido por error, el que nos conduce hacia el abismo y que, cargado de
arrogancia, ni siquiera siente escrúpulo alguno cuando nos endeuda hasta el
infinito, cuando alimenta la división, el enfrentamiento y la disgregación,
cuando impulsa la caída de los valores y avanza inconsciente hacia la derrota
de España como nación.
Anímese,
señor González, y preste a su país el servicio que le debe. Los españoles le
elevamos un día hasta la Presidencia de la nación y usted debería ahora
devolvernos el favor denunciando las tropelías y errores mayúsculos de su
correligionario y heredero. Reflexione y verá que somos muchos en todo el mundo
los que pensamos que al frente de España hay un político torpe y mentalmente
minusválido. La publicación británica Financial
Times, en sintonía con lo que afirma buena parte de la prensa mundial no
comprada y con prestigio, dice de Zapatero "A stumbling
Spain must guide Europe", lo que, traducido, quiere decir, más o menos,
que "un papa frita está al frente de Europa".