LA CONFIANZA
INTERNACIONAL EN ESPAÑA SE DESPLOMA. PRESCINDIR DE ZAPATERO ES URGENTE
Artículo
de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del 20 de enero de 2010
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
Esperar a las
elecciones del 2012 para "relevar" a Zapatero puede representar un
suicidio para España. La democracia, la inteligencia y hasta el espíritu de
supervivencia aconsejan prescindir de él ya mismo, antes de que los daños que
está provocando sean irreversibles.
Basta
observar con serenidad y sin pasión la realidad española y los mensajes
procedentes del mundo exterior para llegar a la conclusión de que Zapatero en
el poder es un riesgo extremo para España. El más reciente aviso procede de
Deutsche Bank y de Goldman Sachs, que recomiendan
deshacerse de la deuda pública española, ante el riesgo de impago.
¿Cabe mayor desprestigio y desconfianza en los mercados financieros mundiales?
¿Quién va a invertir en España o quien se atreverá a establecer una empresa en
esta tierra amenazada de quiebra?
La
recomendación de los dos importantes bancos, coincidentes y hechas por
separado, se suma a la reciente bajada del nivel de calidad de la deuda pública
española y a recomendaciones de otras firmas como Credit
Suisse o Citi que, pese a
que no recomendaron vender deuda pública española de forma directa, sí avisaron
recientemente del previsible deterioro de la calidad crediticia de España.
Al terrible
golpe de la desconfianza internacional en el liderazgo de Zapatero hay que
agregar los dramas internos que provoca en España: endeudamiento masivo de unas
administraciones públicas incapaces de ser austeras y de renunciar a los
privilegios de la "casta" política profesional; desempleo creciente,
que llega a los cinco millones, si se le quita el maquillaje oficial a las
estadísticas; avance estremecedor de la pobreza, con miles de ciudadanos que se
agregan cada semana a la multitud de los que hacen cola en los comedores de
caridad o duermen entre cartones, en las ciudades y pueblos de España;
destrucción masiva de empresas y pérdida de actividad productiva de cientos de
miles de autónomos; más de 200.000 ciudadanos cuyas viviendas han sido
embargadas por falta de pago, un drama que crecerá espectacularmente en este
año 2010; gente que pierde la protección social y que se queda sin ingresos;
familias que se arruinan porque los hijos emancipados regresan ahora al hogar
paterno y un largo etcétera que convierte a la España de Zapatero en un país
estrangulado por un mal gobierno, incapaz de hacer frente a la crisis
económica.
España es ya el país peor posicionado de Europa ante la crisis, peor que
Irlanda y compitiendo con Grecia en la cola de los errores y las miserias.
La ausencia
de mecanismos constitucionales eficaces para conseguir que un mal gobernante
abandone el poder no deja a los españoles otra salida que la presión cívica y
ciudadana, en las calles y en las instituciones, para obligar al que nos
gobierna mal a que dimita y convoque elecciones anticipadas.
El aviso del
Deutsche Bank es un auténtico mazazo para España, que tiene que colocar este
año más de 211.000 millones de euros entre bonos y letras, según previsiones
del propio gobierno.
El
desenfrenado endeudamiento público de España, ordenado expresamente por
Zapatero, aterroriza y escandaliza a los inversores internacionales, que no se
explican por qué el gobierno español no asume las recetas que los grandes foros
e instituciones internacionales le recomiendan reiteradamente: austeridad,
adelgazamiento del Estado, reforma laboral, apoyo a las empresas y control de
la presión fiscal, entre otras.
Pero
Zapatero, al que muchos miran ya como un personaje fuera de control, está
adoptando, precisamente, las decisiones contrarias: despilfarro, subida de
impuestos, desprotección de las empresas, bloqueo, en alianza con los
sindicatos, de la imprescindible reforma laboral y otras, todas ellas con
efectos demoledores sobre una economía que hasta hace tres años era la envidia
del mundo y que hoy es señalada ya como la gran enferma de Europa.
El mal gobierno de Zapatero está logrando que España sea hoy un país que va
contra corriente, que se hunde en Europa cuando los demás salen a flote y que
persiste en el error a pesar de que ha sido advertido hasta la extenuación de
que las recetas del gobierno son contraproducentes y nocivas.
El PSOE, tan
culpable como el mismo Zapatero del creciente drama de España, debería
obligarle a dimitir. Es cierto que si lo hace sufrirá un inevitable deterioro,
pero no es menos cierto que si no lo hace y permite que el inquilino e la Moncloa nos sepulte definitivamente en la ruina y el
fracaso, el socialismo no volverá a gobernar en España en muchos años, hasta
que se borre de todas las generaciones supervivientes la memoria del desastre de
Zapatero.
Si los socialistas analizan correctamente la situación, descubrirán que merece
la pena rectificar y librar a España de la letal e incompetente zarpa de
Zapatero, por el bien del país.