LOS MERCADOS NO DESCONFÍAN DE ESPAÑA, SINO DE ZAPATERO

Artículo de Francisco Rubiales en “Voto en Blanco” del   06 de febrero de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web

 

Incapaz de realizar las reformas que España necesita, los expertos aconsejan y los mercados y grandes instituciones internacionales demandan con urgencia, Zapatero se ha convertido en el principal obstáculo para que España supere la crisis y resurja. Ayer, acongojado ante los sindicatos, ni siquiera fue capaz de afrontar con realismo la reforma laboral que, inevitablemente, España tendrá que hacer. Zapatero es ya el cáncer de España.

Los mercados no desconfían de España, sino de Zapatero, cuya ineptitud y nula capacidad de liderazgo han quedado más que probadas en la Historia reciente del país. Cuando regresó de Davos y anunció medidas drásticas como el retraso de la jubilación y una pronta reforma laboral, la deuda española reaccionó favorablemente en los mercados, pero cuando se comprobó que aquellas habían sido otras promesas falsas, la deuda, la bolsa y la confianza en la economía española se desplomaron.

Lo peor de todo es que los expertos creen firmemente que la economía española seguirá hundiéndose, aunque se tomen algunas medidas correctas, mientras Zapatero, en el que se desconfía profundamente, siga siendo presidente. Los mercados creen con firmeza que Zapatero es el problema y que España, sin ese inepto al mando, podría salvarse, eso sí, con mucho sacrificio y esfuerzo.

El vicepresidente del Parlamento Europeo, Alejo Vidal-Quadras lo acaba de definir certeramente: «España en plena crisis es [en manos de Zapatero] como un Airbus 440 pilotado por un niño apto para manejar a lo sumo un triciclo».

Gobernar un país moderno bajo la tutela de los sindicatos, adoptar la mentira como sistema básico de gobierno, tardar casi dos años en reconocer la existencia de una crisis que ya causaba estragos, negarse con estúpida terquedad a aplicar las recetas que los expertos y las instituciones internacionales le recomendaban, haber endeudado al país hasta límites temerarios, ser incapaz de asumir una política pública de austeridad y ahorro, que es vital para la economía española, ser el responsable directo de cinco millones de parados y ocho millones de pobres y caer en picado en las encuestas de aceptación ciudadana e intención de voto son pecados más que suficientes para que los mercados le rechacen y condenen a España.

Las críticas a Zapatero llueven desde todos los ámbitos, pero el iluminado de la Moncloa parece un "don tancredo" alucinado. Llegan desde la Unión Europea, donde su correligionario Almunia compara la economía española con la de la quebrada Grecia, del FMI, del foro de Davos y de una legión de expertos que no pueden explicarse como la sociedad española permite que un gobernante de tan escasa calidad y solvencia siga tomando decisiones cuando el país se encuentra al borde del abismo.

La responsabilidad de Zapatero es grande, pero no es menos grande la de su partido, el PSOE, por mantenerlo en el poder a pesar de que su mandato destruye el país, y la de la oposición, encarnada, sobre todo, por el Partido Popular, una organización flácida, cobarde y sin otra inquietud que la conquista del poder, incapaz de acosar al noqueado Zapatero, incapaz de presentarle una moción de censura por temor a arriesgar, esperando de manera macabra que el país se hunda para ellos heredar sin riesgo los despojos que haya dejado la alubia feliz y dañina de la Moncloa.