¡ESTO ES JAUJA!

 

 Artículo de Isabel San Sebastian en “El Mundo” del 30.05.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Con eso de que «la generosidad justa es el rasgo más sólido de democracia madura», y «la cintura», su esencia, España se ha convertido en un paraíso para toda clase de mafias foráneas o nacionales. ¡Pasen y vean, señores, aquí les va a salir gratis, que para eso nuestro presidente es un campeón del talante!

De cintura vamos sobrados, no cabe la menor duda. ¿Que llegan en cayuco a las Canarias sin documentación ni nacionalidad conocida, una vez engordado el bolsillo de los traficantes de esclavos atraídos como moscas por la generosidad de nuestro Gobierno? Se les paga un billete de avión a la Península, donde se sumarán a ese 94% de sin papeles que logra quedarse en el país. ¿Que pasan por la Junquera con la intención de asaltar un chalé, arrancarle el dinero a golpes a su propietario, y volver a empezar otra vez, al amparo de nuestras generosas garantías legales? Se mira hacia otro lado, se culpa a la derecha de «criminalizar a la inmigración» y se ignora el hecho de que quienes dan esas brutales palizas son rumanos o ciudadanos de la antigua Yugoslavia, que se permiten la chulería de decirse unos a otros: «Vente para acá, que aquí la Policía ni te toca». Los policías, agrupados en la CEP, llevan mucho tiempo pidiendo que se refuercen los efectivos que vigilan esa frontera y que se les de acceso a los datos de los padrones municipales, de la cámaras de la propiedad o de la tarjeta sanitaria, con el fin de poder controlar a la población extranjera que habita entre nosotros.

Pero su voz no se escucha. Es más, ni siquiera a los archivos de la Guardia Civil pueden llegar los miembros del Cuerpo Nacional de Policía, y viceversa. Aquí nada hay más fácil que hacerse invisible a la Administración, delinquir, desaparecer y emerger de nuevo para dar otro golpe. Si te pillan y la pena es inferior a seis años, no vas a la cárcel; en lugar de eso te expulsan, lo que te permite regresar sin quebrantar la condena, robar en otra urbanización, secuestrar a un desgraciado y sacarle hasta los ojos. Es lo que ocurre cuando la patria vital del presidente lector de versos es tan amplia como para considerar que «las fronteras son artificiales». ¡Y tanto! Las nuestras parecen inexistentes.En eso debe consistir la «generosidad justa». Lo saben las redes internacionales de delincuencia organizada, que por eso han convertido España en el blanco favorito de sus actuaciones. Lo sabe la banda terrorista ETA, que da por hecha la excarcelación de sus asesinos (o «integrantes», como dice ZP) y desafía al Estado amenazando con muertes si no se cumplen sus exigencias políticas. ¡Esto es Jauja! ¿No haría mejor Zapatero dedicándose a la poesía?