'DÉJÀ VU'

 

 Artículo de Isabel San Sebastian en “El Mundo” del 04.10.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

A veces tiene una la sensación de estar condenada, como Sísifo, a revivir la misma historia una y otra vez, sólo para regresar al punto de partida y recomenzar la tarea como si nada hubiese ocurrido. Así son las cosas en esta España encadenada a sus pecados, que reniega de su propio ser y no aprende de sus errores.

Desde el Gobierno, el inefable Alfredo Pérez Rubalcaba se reedita a sí mismo y vuelve a emplear sus cantinelas de 1995, secundado por un Pepiño Blanco que no iguala sus talentos en materia de agit-prop, aunque se emplea a fondo: Que si «ciertos sujetos convictos y confesos no tienen credibilidad» (ayer se referían a Amedo y Domínguez, hoy a Suárez Trashorras); que si «el que está solo en el Congreso es el PP»; que si «algunos no tienen más argumentos que el insulto y la crispación»; o aquella insistente proclamación de que los tribunales demostrarían la inocencia de Vera y Barrionuevo, como ahora se espera que certifiquen íntegramente la versión oficial descafeinada sobre la masacre del 11-M.

En la Audiencia Nacional, entre tanto, Baltasar Garzón vuelve a emplear la vieja estrategia del conejo en la chistera... por si acaso. En 1993 fue el sumario de los GAL, aparcado en un cajón a la espera de alcanzar la recompensa esperada de Felipe González, y su oportuna exhumación como presunta venganza por no obtener el destino anhelado. A día de hoy es un apoyo público y entusiasta a las posiciones del Gobierno en el mal llamado «proceso de paz», además de una contribución considerable, en forma de auto de procesamiento, al silenciamiento de voces contradictorias con la «verdad gubernamental» sobre el atentado de Madrid. ¿A cambio de qué? No lo sabemos todavía, aunque no tardaremos en conocer la contrapartida, cuya satisfacción o no permitirá comprender la actuación del juez en el futuro inmediato.

Y para rematar, esa tregua tan tramposa como la del 98, que discurre por derroteros similares, con la única diferencia de que en el pasado el papel de traidor corrió a cargo del Gobierno vasco y hoy es representado con maestría por el Ejecutivo español: negociaciones con ETA mantenidas en secreto y posteriormente negadas, hasta que ya no es posible hacerlo. Compromisos políticos adquiridos por la fuerza «democrática» (PNV/EA, PSOE) de espaldas a la Ley y a las instituciones. Violencia callejera, chantaje a los empresarios, amenazas terroristas.

Idénticos guiones, protagonistas intercambiables. ¿Serán también iguales los finales?