EUSKADI SÍ PAGA TRAIDORES

 

 Artículo de Isabel San Sebastian en “El Mundo” del 02.06.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

No puedo decir que me haya sorprendido, porque no es la primera vez que ocurre, pero sigue doliendo como una herida sin cerrar en ese rincón del alma ciudadana en el que todos llevamos la patria chica. Duele y humilla. Duele y apena. Duele y avergüenza. Duele y repugna. Pero no, ya no sorprende... desgraciadamente.

Una vez más, la mayoría del electorado vasco ha dado la espalda a quienes se juegan la vida y la libertad individual por defender la libertad y la vida de todos, para premiar a los protagonistas de este proceso de paz claudicante y mentiroso, que ha sentado a la mesa de negociación a unos asesinos con los enviados de un Gobierno democrático. Al igual que en las autonómicas de 1999, la mayoría ha optado por la comodidad frente a la dignidad.

Ha preferido la rendición a la resistencia al terror mafioso. Ha escogido el camino de la «solución como sea» y abandonado a esos héroes y heroínas que dan la cara cada día para derrotar a esta lacra llamada ETA, que riega de lágrimas nuestra tierra. Merced a las concesiones de Zapatero, los representantes de los pistoleros han conseguido más de 100.000 votos, casi 200.000 si sumamos las papeletas en blanco, que ni condenan la violencia ni experimentan el menor reparo ante su utilización.

Votos manchados de sangre inocente que jamás abandonarán a los encapuchados, por mucho voluntarismo que se empeñe en ello, sencillamente porque justifican, comprenden y amparan los crímenes de la bestia.

Pero no han sido los únicos beneficiarios de esa cosecha de nueces pútridas. Del árbol que agita el terrorismo etarra, dejando a sus pies un millar de muertos, los socialistas de Patxi López y Jesús Eguiguren han arrancado dos concejales más en Vitoria, otros tantos en Bilbao, y uno en San Sebastián, donde Odón Elorza, el paradigma del chaquetero, puede sacar pecho ante una María José Usandizaga («ahora ya no nos matan pero no nos dejan vivir») que ha sufrido el acoso de los salvajes durante toda la campaña y recibido como salario un edil menos para su grupo.

Quienes han soltado a De Juana, cediendo al chantaje de un asesino múltiple, ven reforzada su posición frente a los que han luchado y padecido por evitarlo. El lenguaje de la intimidación parece haber calado en un pueblo que antaño tuvo fama de valiente y hoy reserva esta cualidad a un puñado de idealistas locos.

Corre por mis venas sangre navarra y sangre vasca. Soy hija de bilbaíno y pamplonica, lo que multiplica la vergüenza, la pena y la humillación al constatar que sí, por más que duela reconocerlo, Euskadi sí paga traidores.