ADIÓS A LA TRIBU

Artículo de Isabel San Sebastian en “El Mundo” del 05 de marzo de 2009

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.


Esta vez sí, el péndulo ha girado en la dirección contraria de la que conduce a la tribu. Galiza vuelve a ser Galicia, los alanos regresan a los libros de Historia, de donde nunca debieron salir, y el reloj de los gallegos se mantiene firme en el mismo huso horario que el de los demás españoles. Núñez Feijóo, sumando talento al talante, ha logrado lo que parecía imposible, con el concurso innegable de un Rajoy no ya profeta, sino ungido en su tierra. ¡Alabados sean los votantes que han recordado a los políticos eso de que los experimentos con gaseosa!

En el País Vasco la noticia es aún mucho más grata. Las urnas han decretado el fin de un régimen nacionalista sustentado en la violencia y la intimidación permanente del adversario. La liquidación de un Gobierno que no dudó en apoyarse en terroristas (de manera explícita y también inconfesable) con tal de perpetuarse.El paso del PNV a la oposición al cabo de 30 interminables años.La jubilación de un lehendakari tan siniestro como Ibarretxe, bajo cuya bota los vascos vivieron tiempos de ruptura y confrontación desconocidos hasta entonces. Adiós a su falsa sonrisa, adiós a su plan sectario, adiós a su repugnante pacto de Lizarra con ETA. Hoy soplan aires nuevos de esperanza.

Probablemente no responda el veredicto electoral al escenario ideal que habían diseñado Patxi López y Zapatero, pero así han salido las cosas. La izquierda apesebrada de Madrazo se ha hundido, al igual que EA, y Aralar no ha obtenido los escaños suficientes para dar la mayoría absoluta a un PSE que también se ha quedado corto con respecto a sus expectativas. En esta ocasión no es posible un acuerdo a la catalana, lo que obliga al candidato socialista a aceptar el respaldo del PP (y acaso también de UPyD) en su investidura. El partido de Basagoiti, a su vez, ha perdido más de la tercera parte de sus votos, pero ha logrado auparse hasta una posición decisiva, que puede convertir en triunfo su fracaso si sabe gestionar bien ese poder. Nadie entendería que no sumara sus fuerzas a las de López para desalojar a Ibarretxe de Ajuria Enea, pero tampoco sería aceptable que renunciara después a defender la Constitución, el Estatuto de Guernica y la derrota definitiva del terrorismo allí donde es más importante hacerlo: al frente de la Ertzaintza, de la Educación y de Euskal Telebista, exigiendo la disolución de los ayuntamientos etarras y, por supuesto, archivando esa ley que pretende obligar a todos los niños vascos a estudiar únicamente en vascuence.

El reto está a la altura de lo que se puede conseguir: la libertad para cientos de miles de ciudadanos y el fin de la dictadura del miedo. Es la hora de los valientes.