... POR LA SENDA DE LA CLAUDICACIÓN

 

 Artículo de Isabel San Sebastian en “El Mundo” del 13.01.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

 

Las tragaderas del presidente del Gobierno empiezan a parecerse al mítico pozo de San Miguel de Aralar que, dice la tradición local, comunica directamente con el infierno. No hay inmundicia que le repugne hasta el rechazo ni demasía que se le atraviese en el pescuezo. Todo pasa y todo queda, para mayor escarnio de una sociedad avergonzada ante la chulería impune de ETA.

Ellos siguen a lo suyo: nuevas remesas de cartas de extorsión a los empresarios y pequeños comerciantes. Vuelta de tuerca al terror consistente en especificar, en el caso de estos últimos, la cantidad requerida (antes se pedía un «donativo voluntario») y justificar la cifra en cuestión como proporcional al patrimonio del chantajeado, cuyas cuentas bancarias demuestra conocer la banda. Misivas amenazantes dirigidas a los escasos héroes y heroínas que resisten todavía en la Universidad y en la política vascas.Acopio de armas y personal asesino para el caso de que la rendición del Estado de Derecho no sea incondicional y haya que volver al tiro en la nuca. Un congreso por todo lo alto de su ramal, Batasuna, convocado en abierto desafío a la legalidad con el fin de probar su fuerza ante los suyos, demostrar nuestra debilidad y multiplicar los altavoces mediáticos para sus consignas. Lo de siempre.

Zapatero, a su vez, la sostiene y no la enmienda: respalda la clamorosa vulneración de la ley que supone esta última provocación etarra apelando a la «libertad de reunión». Negocia en secreto con los sicarios del hacha y la serpiente, ante quienes ya da por hecha la reinserción de los presos etarras. Se ensaña con un militar culpable de expresar el malestar de sus compañeros amordazados mientras agacha el testuz ante la gravísima ofensa del portavoz del PNV, Iñigo Urkullu, quien exhibe el alma auténtica de su partido al equiparar a nuestras Fuerzas Armadas con una banda terrorista. Se dispone a sancionar la quiebra irreversible del principio de soberanía sobre el que se asienta la España constitucional y democrática con la aceptación irresponsable de que Cataluña es una nación. Y todo con la mirada puesta en las próximas elecciones y la necesidad de acudir a ellas armado de una tregua etarra como reclamo para conseguir la reelección.Ningún peaje es excesivo si se alcanza nuevamente La Moncloa.El fin justifica los medios, aunque los medios supongan la victoria póstuma de ETA y la desarticulación de la Nación española. Zetapé debería adaptar como lema de su campaña la consigna hecha célebre en su día por Fernando VII, el rey felón: «Marchemos todos juntos, y yo el primero, por la senda de la claudicación».