EL DEBATE INÚTIL DE ZAPATERO Y MARAGALL EN EL SENADO
Editorial de “El Semanal Digital” del 08.11.05
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web
Zapatero se felicita a sí
mismo por los cambios en el modelo autonómico que hace contra el PP y contra las
encuestas. Maragall le aplaude. Ibarretxe le ignora, por ahora.
8 de noviembre de 2005. Hace unos días España estaba pendiente de la
tramitación de la reforma del Estatuto de autonomía de Cataluña, que implica una
reforma constitucional. Terminado el Pleno del Congreso, nadie puede dudar de la
orientación que José Luis Rodríguez Zapatero quiere dar, con sus aliados, al
Gobierno; ni tampoco puede dudarse que el Partido Popular de Mariano Rajoy va a
oponerse. Todo está bastante claro, al menos por lo que se refiere a lo que el
ex presidente del Gobierno Felipe González ha dado en llamar la "articulación"
de España.
Así que un debate más, ahora en el Senado, con intervenciones no sólo del
Gobierno y de los senadores sino también de los diecinueve presidentes de las
Comunidades y Ciudades Autónomas sobra. Está de más, sencillamente, porque lo
esencial de la discusión va por otros derroteros, no se decide ni se va a
decidir en el Senado y todo lo que se hable en la Plaza de la Marina Española
servirá, como mucho, de campaña de imagen de cada uno en su circunscripción
electoral.
Sí es cierto que los discursos del Senado sirven para que todos hayan tenido que
retratarse. Lo ha hecho, por supuesto, Zapatero. El presidente del Gobierno ha
celebrado que el debate se haya recuperado después de su desaparición –por
innecesario- desde 1997. En sus propias palabras, "las reformas sólo tienen
sentido si incrementan la cohesión social, y nunca si son elemento de fractura,
de confrontación o de división en el seno de una comunidad". Pero, lejos de
anunciar la retirada de la reforma constitucional implícita en el "plan
Maragall", que reúne respecto a España todas las características negativas
enunciadas por él, se ha felicitado a sí mismo por su talante.
El triunfador de la tarde fue el presidente de la Generalitat catalana Pasqual
Maragall. Maragall habló en catalán, y felicitó a Zapatero por los pasos dados
respecto a Cataluña, señal de una nueva idea de España. Y es que tanto Maragall
como Zapatero parecían decir, respecto al Estatuto en trámite en el Congreso,
que Cataluña no será la última que vaya en esa dirección.
Dos ausencias notables en el Senado. No quiso acudir el presidente de la
Comunidad Autónoma Vasca, Juan José Ibarretxe, cuando aún resuenan sus
declaraciones preguntando por las diferencias entre lo que a los nacionalistas
vascos se les negó y lo que se ha querido dar a los nacionalistas catalanes.
Habría sido una intervención memorable, cuando los rumores de tregua y
negociación con ETA suben cada día. Y la segunda, no menos importante: el
presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra,
hospitalizado con un infarto agudo de miocardio. Su corazón no ha aguantado. Y
esto sólo acaba de empezar.