ENTRE MERKEL Y SARKOZY, ZAPATERO SE QUEDA AISLADO EN EUROPA
Editorial de “El Semanal Digital” del 23.11.05
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
El "regreso a Europa" se
salda con un fracaso, mientras que los nuevos líderes europeos marcan las
distancias con Zapatero.
23 de noviembre de 2005. Angela Merkel, la líder de la Unión Cristianodemócrata
(CDU), fue elegida ayer martes Canciller de Alemania, con una amplia mayoría de
los miembros del Bundestag y el respaldo de una "gran coalición". Los grupos
parlamentarios mantuvieron la disciplina de voto y Merkel gobernará en Alemania
con un denso programa reformista que, sin abandonar el Estado de Bienestar,
muchos han comparado ya con los retos que tuvo que afrontar José María Aznar
cuando empezó a gobernar sin mayoría un país en quiebra técnica. Y es que
Alemania, económicamente y socialmente, no va nada bien.
Las hemerotecas recuerdan que el presidente del Gobierno español, José Luis
Rodríguez Zapatero, se felicitó tras las elecciones alemanas por el "mal
resultado" de la conservadora Merkel y la victoria "moral" de la coalición
rojiverde del canciller socialdemócrata saliente, Gerhard Schröder. Schröder ha
abandonado hoy la Cancillería, y el presidente de la República, Horst Köhler, ha
nombrado a Merkel, que cuenta con el apoyo de los socialcristianos bávaros de
Edmund Stoiber y de los mismos socialdemócratas de Franz Müntefering. Schröder
no conservará ni siquiera su escaño de diputado.
Zapatero ha demostrado en sus dieciocho meses de Gobierno un inusual instinto
para la política internacional. Su mandato empezó alejando a España de sus
aliados naturales –Estados Unidos, Gran Bretaña, Italia, los nuevos socios de la
Unión Europea- y prometiendo un "regreso a Europa" que implicaba el apoyo de la
Francia de Jacques Chirac y de la Alemania de Schröder. Menos de dos años
después, Alemania cambia de rumbo y en Francia Chirac ha tenido que otorgar
amplios poderes a su rival atlantista Nicolas Sarkozy, que parece ser el único
capaz de contener los disturbios que vive la población inmigrante en el país
vecino.
Zapatero convirtió la política internacional española, cuando él estaba en la
oposición, en un tema de debate público. Y fue un error, porque hay cuestiones
de Estado –por ejemplo, las alianzas del país- que no deben depender de los
caprichos de los partidos políticos. Llegó al poder asociando un crimen
terrorista a una cuestión política, y cambiando en consecuencia la política de
España. No obtuvo por ello ningún prestigio ni ningún aliado, dilapidando los
frutos del trabajo que otros habían hecho.
Hoy Zapatero está solo, y ha logrado que España esté sola. Nuestros antiguos
aliados no tienen razones ni para necesitarnos ni para respetarnos, y los
peligros exteriores no son menores que hace dos años. La Europa hacia la que
Zapatero dijo querer ir no existe ya, y sus aliados exteriores son hoy la Cuba
de Fidel Castro y la Venezuela de Hugo Chávez. No es un buen balance.