EL PSOE DE ZAPATERO VOTA CONTRA LA CONSTITUCIÓN
Editorial de “El Semanal Digital” del 07.03.06
Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web.
El Preámbulo del Estatut pactado
por Zapatero con Artur Mas define Cataluña como nación. Eso rompe la unidad
constitucional de la nación española. Y ahora ¿qué?
7 de marzo de 2006. "El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la
voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente
mayoritaria a Cataluña como nación". Con esta frase en el Preámbulo del Estatut
catalán aprobado ayer por el PSOE y CiU en la Comisión Constitucional del
Congreso se define el alcance de este nuevo marco legal. No se admiten matices
en la ciudadanía de Cataluña, sino que, para los grupos aliados en el
Parlamento, se da por supuesto que la realidad de Cataluña y la voz de los
catalanes son lo que ellos definen ahora.
Técnicamente, así, se evita incluir la definición de Cataluña como nación en el
articulado del Estatut, pero no se evita el núcleo del problema, ya que el
Preámbulo también es parte de la Ley – en varios casos polémicos se ha
recordado- y además en el Estatut pactado fuera de las Cortes por José Luis
Rodríguez Zapatero, primero con Josep Lluís Carod-Rovira y después con Artur Mas
se realiza una peligrosa identificación entre el concepto político de "nación" y
los términos "nacionalidad" y "comunidad histórica" recogidos en la Constitución
de 1978.
En definitiva, se da por bueno que un Parlamento autonómico pueda definir como
nación una parte de España. Y no hay engaño: si una o varias regiones son
naciones, España no lo es. Esto supone, por de pronto, negar la validez superior
del artículo segundo de la Constitución, que recuerda que España sí es una
nación indivisible. Pero, además, implica una serie de consecuencias políticas.
Porque la nación es una comunidad política dotada de soberanía o con
aspiraciones a ella, y eso no se puede predicar a la vez de España y de una de
sus partes.
El ponente del PP en la Comisión, Federico Trillo, ha explicado su voto negativo
al texto en cuestión rechazando precisamente la definición de nación en estas
dos direcciones. Si se dice que Cataluña es una nación se viola la Constitución,
y si el Parlamento lo sanciona se está abriendo un proceso ilegal de reforma
constitucional. Por otro lado, implícitamente, se está abriendo la puerta a
nuevas definiciones nacionales, que son otras tantas pretensiones de
autodeterminación. Y hay que recordar que la Constitución se fundamenta en la
nación, pero que ésta, con sus atributos históricos, la precede en el tiempo.
El voto también negativo de Esquerra Republicana tiene una explicación algo más
compleja. Por una parte se debe al despecho por la maniobra de acercamiento de
Zapatero a CiU, que hace peligrar su Tripartito; por otro, constituye un
estímulo nacionalista al proceso estatutario, ya que ERC conservará su capacidad
de pedir más velocidad a quien gobierne la Generalitat –sea o no Pasqual
Maragall-. Pero Carod-Rovira comparte la esencia del texto votado ayer.
Zapatero quiere que el texto final del Estatut se vote el día 30 de marzo, para
poder celebrar el referéndum en Cataluña antes del verano. Pero tanta prisa no
es buena señal, porque tendrá que darse una respuesta a los millones de firmas
que el PP recoge para pedir un referéndum nacional; y habrá que valorar la
posibilidad de que el Tribunal Constitucional anule parte de este texto: ¿sería
bueno que sucediese tras un voto popular? El Preámbulo contiene un falso
histórico, porque la Generalitat creada en 1359 no fue señal de ninguna voluntad
de autogobierno, pero puede dar lugar a una crisis histórica que a los catalanes
de a pie no les interesa.