"SÚPER FELIPE" ACUDE AL RESCATE DEL PSOE Y DA OXÍGENO A ZAPATERO

Reportaje de Ana I. Martín en “El Semanal Digital” del 10 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el reportaje que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

El ex presidente se echó a las espaldas la misión de devolver a su partido el optimismo tras reconocer que las cosas "van mal". "José Luis, tenemos dos años por delante", le dijo.

Felipe González aprieta pero nunca ahoga. Su misión, como jarrón chino con el que siempre se compara, va más con dar una de cal y otra de arena. Y cuando las cosas se tuercen mucho él siempre acude al rescate. Por eso la intervención que protagonizó este jueves durante la celebración del centenario del Grupo Parlamentario Socialista es el mejor termómetro para saber que José Luis Rodríguez Zapatero y el PSOE atraviesan por un momento duro, muy duro.

Felipe y José Luis, José Luis y Felipe, como así se dirigieron el uno al otro y el otro al uno. Durante la hora y media larga que compartieron protagonismo ambos se prodigaron carantoñas públicas ante cientos de parlamentarios y ex parlamentarios socialistas entregados a la causa del cierre de filas. El ex presidente se echó a las espaldas el peso de devolver el optimismo a sus correligionarios y, sobre todo, el de dar oxígeno a un Zapatero al que últimamente se le había visto falto de aliento. 

González sacó su faceta más paternalista no sólo por el bien del de León, sino para transmitirles a sus compañeros de filas la necesidad de que ahora más que nunca apoyen a su líder. Para empezar, se mofó de las mil y una interpretaciones que la prensa hace últimamente de todo lo que dice o calla: "Ahora que estamos viviendo momentos de dificultad, a uno le interpretan lo que dice, lo que no dice y hasta los silencios". Para a continuación añadir: "Cuando las cosas van bien, yo tomo distancia crítica. Cuando las cosas van mal, militancia pura y dura, pero sin renunciar a lo que pienso". Que es lo mismo que decir que él se debe a sus siglas, como demostró con creces.  

El motivo del acto eran los cien años de parlamentarismo socialista y la figura de Pablo Iglesias, pero el ex presidente pasó de puntillas por ambas cosas. Prefirió centrarse en el presente, en sacar la cara por Zapatero frente a las críticas del PP. "Esta historia que dicen de que Europa nos obligó a los recortes, ¿y a los franceses quién los obligó?, ¿y a los alemanes quién los obligó?", se preguntó, para a continuación defender los "ajustes" por "responsabilidad". En su discurso sólo hubo lugar a una crítica: el que no se haya explicado "suficientemente" que el tijeretazo se ha debido precisamente a eso.

Zapatero le miraba constantemente, asentía de vez en cuando con la cabeza, se sonreía otras veces, muchas. Seguramente en los últimos meses nunca había sonreído tanto en tan poco tiempo. Tal vez en parte al comprobar que González no le tenía preparado ninguno de sus habituales recaditos envenenados en su discurso. Es más, el sevillano le animó a seguir adelante: "La peor desgracia que le podía pasar al país es dejarlo en manos de una oposición tan irresponsable como ésta. José Luis, tenemos dos años por delante (...). Vamos a taparnos la yugular -previamente había acusado al PP de lanzarse a la yugular del Gobierno a la mínima- y a trabajar, para que esperen no dos años más, José Luis, sino otros seis", concluyó. 

Zapatero recogió el guante de su antecesor en La Moncloa y, nada más arrancar su intervención, le corrigió: "Felipe, de depre nada. No estamos deprimidos los socialistas, estamos con todas las fuerzas". Y la sala estalló en una gran ovación. Tan cómodo se sintió el presidente y tan agradecido con González que hasta desveló el contenido de un SMS que éste le mandó un día después del famoso tijeretazo. El "más cariñoso" desde que le conoce, según el presidente. Y en ese mensaje de móvil le decía algo así: "Hoy más que nunca tienes mi apoyo. Gobernar es esto". Más aplausos.

El líder socialista se fue creciendo y sacando pecho a medida que enumeraba las grandes aportaciones que, según él, el PSOE ha hecho a la historia de España: democracia, educación y políticas sociales. "El que ahora tengamos que hacer un ajuste fiscal es requisito para que podamos seguir mejorando nuestro Estado del Bienestar", se disculpó. Para acabar aconsejando a los de Mariano Rajoy que primero piensen en su país y sólo después en "intereses partidistas". 

Los dos se marcharon como habían llegado: saludando, parándose a hablar con unos y otros. Entre las ausencias, alguna hubo destacada, como la del grueso de los ex ministros de Zapatero, con Pedro Solbes y Jordi Sevilla a la cabeza. En cambio, de los actuales había un buen número: Trinidad Jiménez, Beatriz Corredor, Francisco CaamañoMiguel Ángel Moratinos, Manuel Chaves, Alfredo Pérez Rubalcaba y Ángel Gabilondo. Y algún que otro barón regional, como Marcelino Iglesias, Tomás Gómez, Jorge Alarte, Dolores Gorostiaga Óscar López. E infinidad de históricos, como ya informó este periódico. Por estar hasta estuvo Alfonso Guerra, que hizo de tripas corazón a pesar de su conocida enemistad con Felipe González. La ocasión era de las importantes.