ZAPATERO ESTÁ ATADO A ETA EN TRES MESAS DISEÑADAS POR OTEGI Y ZABALETA

 

 Artículo de Pascual Tamburri en “El Semanal Digital” del 07.09.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

7 de septiembre de 2006.  Para Arnaldo Otegi –ustedes ya saben esto- el "proceso de paz" de Zapatero está ahora mismo en una situación de bloqueo. Estas palabras, dichas y aclaradas inmediatamente después de que el Gobierno socialista hubiese mostrado su optimismo ante la situación vasca, son una severa advertencia para La Moncloa. "Las cosas no están bien, las cosas están bloqueadas".

Zapatero es un hombre listo y hábil, que ha llegado a creer que es inteligente y lungimirante. Su habilidad le permitió firmar el Pacto Antiterrorista con el PP de José María Aznar y a la vez alentar los encuentros preliminares entre socialistas y etarras batasunos. Su olfato táctico le ha hecho sacar un inesperado rédito electoral de la cobardía de una parte de la sociedad española y de los deseos de paz de todos; y quiere más: por el mismo camino que la demagogia iraquí le llevó al poder pretende que la demagogia nacionalista le perpetúe en él. Pero en el independentismo vasco ha encontrado un interlocutor que le supera en la firmeza y en los plazos largos.

Para Otegi, Zapatero ha pretendido "cambiar los objetivos" de la negociación para convertirlo en un proceso de "rendición" de los terroristas. Batasuna tiene claro que el diálogo entre ETA y el Estado, por un lado, y entre las fuerzas políticas, por otro, tiene contadas vías de salida: o Zapatero cede a las peticiones básicas del nacionalismo, y lo reconoce en unos preacuerdos a los que seguiría una negociación sobre los tiempos y los modos de la entrega, o ETA volverá a las andadas. O Zapatero hace que el Estado se rinda, o ETA se niega a rendirse.

La "hoja de ruta" de la que hablan a menudo tanto Zapatero y Patxi López como los portavoces nacionalistas –sí, aunque ustedes no lo hayan notado, aún quedan nacionalistas que no son batasunos, aunque desde luego pintan cada vez menos a la hora de la verdad- no es una lista de contenidos, sino un camino hacia la consecución de unos objetivos a los que ETA y Batasuna no van a renunciar. Es decir, normalización (léase legalización politica de ETA y sus objetivos más liberación de sus presos), territorialidad (léase entrega de Navarra, y por supuesto de Treviño y demás minucias) y autodeterminación (o sea, independencia sin forzar las formas).

Unos y otros hablan ahora de la "frustración" como del peligro más temible; es decir, de la posible reacción del nacionalismo armado si Zapatero no cumple. Pero es que Zapatero va a ser llevado –y no hará falta arrastrarlo- a cumplir. Una mesa de paz en la que ETA hablará de sus cosas y sus presos. Una mesa de partidos en la que todos menos el PP y UPN están dispuestos a buscar la manera de vender a la gente la mercancía de Batasuna como si fuese la piedra filosofal. Una mesa para Navarra, como sugiere Patxi Zabaleta, para engordar el orgullo provinciano pseudoforal y hacerlo rentable. "Tres mesas paralelas pero autónomas" predica con realismo el caudillo de Aralar. Zapatero no puede permitirse el riesgo de una "frustración", carece de coraje y de convicciones para negar a ETA lo que a él le pueda hacer ganar las siguientes elecciones. Está atado a las mesas de los etarras, pero aunque fuese libre seguiría sentado a ellas. En tan peculiar banquete, Navarra es el primer plato: ahora tienen que cazarla para que la tragedia prosiga.