Carta de solidaridad con la COPE

 

De Hermann Tertsch en “Periodista Digital” del 30-11-05.

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado la carta abierta siguiente para incluirla en este sitio web (L. B.-B.)

 

 

Ante la escalada cualitativa de los ataques y las agresiones de que son objeto la cadena COPE, sus periodistas, sus trabajadores y sus oyentes, quiero expresar mi profunda solidaridad con todos ellos y mi condena y repulsa a la intimidación verbal y física que escuchamos y presenciamos desde hace semanas protagonizados por políticos, algunos cargos institucionales catalanes y nacionales, así como miembros de algunos partidos u organizaciones juveniles de los mismos que muestran actitudes ya no intolerantes sino abiertamente antidemocráticas.

Mis discrepancias –muchas veces radicales y profundas- en lo que a forma y contenido respecta con muchos de los programas de la COPE y periodistas responsables de los mismos no merman en absoluto mi compromiso pleno e incondicional a defender su libertad de expresión plena y solo sujeta a las leyes vigentes y su interpretación por los jueces.

Quien durante décadas ha estudiado el fenómeno del fascismo, del nazismo y del comunismo en el siglo XX, su recurso al victimismo, su instrumentalización del nacionalismo excluyente, su manipulación del lenguaje y perversión de la semántica y su expresión totalitaria en manifestaciones de asedio e intimidación contra las disidencias, solo puede estremecerse ante espectáculos como el acoso a la sede de la COPE en Madrid por miembros de un partido que forma parte de las instituciones en Cataluña y es un aliado parlamentario del Gobierno de la nación en el Congreso de los Diputados en Madrid.

El rápido deterioro del clima político español puede tener muchos culpables. Pero el acoso a sedes y domicilios de miembros de partidos democráticos y a medios de comunicación, su máxima y peor expresión hasta el momento, es de un tiempo a esta parte práctica exclusiva pero cada vez más frecuente, abierta y obscena de grupos ultranacionalistas vascos y catalanes, muchos de ellos con vínculos políticos institucionales o no con el partido del Gobierno de España. Supone una depravación intolerable de la vida democrática que hace recordar tanto el acoso de los Camisas Pardas (miembros del Partido Nazi alemán) a los medios democráticos alemanes y austriacos en los primeros años del nacionalsocialismo como a las agresiones de que fueron objeto los medios democráticos por parte de los ultranacionalistas en los Balcanes antes y durante la década de los noventa.

Como ciudadano y periodista español me solidarizo por ello con todos los periodistas de la COPE y de aquellos medios y miembros de partidos políticos democráticos que se sientan amenazados y me uno a la demanda al Gobierno de España para que condene y combata con firmeza estas actitudes y conductas así como todas aquellas que desde instituciones, partidos políticos o individuos intenten mermar la libertad de expresión e información en Cataluña, País Vasco o cualquier otro rincón de España.

Afectuosamente Hermann Tertsch Del Valle- Lersundi.