A MERCED DEL SOCIO

 

 Artículo de Hermann Tertsch en “ABC” del 14.05.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

El Gobierno de Rodríguez Zapatero ha intentado de nuevo lo que en términos pugilísticos llamamos un «tongo», en términos económicos una estafa y en el campo de las relaciones humanas sencillamente una infamia. ABC cuenta en exclusiva esta «toma de contacto» que viene a ser un encuentro clandestino entre dos socios potenciales que quieren mantener a toda costa ocultos ante la sociedad eventuales acuerdos entre ellos que consideran tienen ambos interés en que se produzcan y que sean secretos. Que una de estas partes sea la dirección de una banda asesina y la otra una delegación del Gobierno del Reino de España, no revela en absoluto que se haya generado una nueva realidad por un supuesto cambio de actitud de los terroristas. Por el contrario, demuestra que el Gobierno español no tiene problemas para maniobrar en las sentinas más profundas para discutir con un grupo terrorista con vocación de permanencia un régimen de cooperación especial que permita a unos cumplir ciertos deseos y a otros evitar sobresaltos concretos. No es poco y todos los aliados de este Gobierno y de nuestro país deberían tomar nota de que Zapatero y su círculo íntimo conspirador en el proceso actuan realmente como un doble agente, de lealtades absolutamente indefinidas e imprevisibles.

No se sabe cuántas veces lo han hecho. Aunque los medios más comprometidos con el proceso y artífices de las intoxicaciones sistemáticas de un presidente de Gobierno convertido en un «dirty Dickie» leonés -tramposo como un Richard Nixon de agrupación de provincia, que ha de ir tapando una mentira con otra-, tienen ya problemas para difundir contradicciones casi continuas y han de recurrir a ridículas cortinas de humo sobre Irak o el ex presidente Aznar. También ellos son a la postre víctimas de la levedad insoportable de un presidente que demuestra cada vez menos respeto por la realidad y por las instituciones del Estado. Como tenía que ser, este nuevo encuentro con la cúpula asesina para buscar una salida a problemas comunes ha vuelto a salir mal porque todas las condiciones juegan ya en su contra. Hasta quienes no somos «Txeroki» ni Ternera sabíamos que Zapatero estaba en pánico ante la posibilidad muy real y perfectamente lógica de que ETA le volviera a meter prisa en el proceso.

En contra de lo pregonado por los medios comprometidos con la aventura del presidente, la bomba del aparcamiento de la T-4 de Barajas, en absoluto desmiente las concesiones pasadas perfectamente obvias. Todos sabemos que de lo que se trataba entonces como ahora con la amenaza de ETA es de imprimir el suficiente sentido de urgencia a las siguientes demandas y concesiones como para que el Gobierno esté literalmente con la lengua afuera buscando evitar el atentado mientras intenta desesperadamente tapar vergüenzas lo que siempre supone un grave deterioro del Estado de Derecho.

Las mentiras del Gobierno

Pero saber que las mentiras del Gobierno no nos confunden no es consuelo. Tiene razón Fernando Savater con su terrible llamada en su artículo «Casa tomada» en el blog de Basta Ya: «Ya no podemos hacer más. Ustedes, nuestros conciudadanos, tienen la palabra. Si refrendan electoralmente lo que hasta ahora se viene haciendo, sólo nos queda salir a la intemperie y buscar refugio dónde sea». Los demócratas de todo signo estamos asistiendo a la traición de ciertos círculos sectarios de la izquierda, hoy representados por Zapatero, Blanco, Madrazo, Llamazares y tantos otros a los principios de la libertad, la igualdad y la solidaridad. Entre la desesperación y la ira, quienes no quieren vivir en falta de libertad e indignidad permanente se plantean estas elecciones y las del año próximo como último hito en el que decidirse sobre el exilio interior o exterior en el País Vasco y en España. No alcanzan a entender la falta de reacción de ese cuerpo social español moderno y democrático ante unos atropellos tan brutales, ante semejantes desafueros, ante tamaña ofensa a la inteligencia y al sentido común.

Más que las agresiones físicas de los asesinos duelen las actitudes terribles de indiferencia, falta de apoyo y hostilidad que hieren día a día. Como las siempre obscenas declaraciones -siempre falsarias- del Fiscal general del Estado, la invención de nuevas ofertas -del nacionalismo muy bueno que ahora es don José Jon Imaz- para un acuerdo supuestamente antiterrorista cuando se viola a diario el existente y las grotescas descalificaciones contra el Partido Popular que gestiona personalmente el presidente del Gobierno.

En fin, el Gobierno ha tenido que volver a buscar un encuentro con ETA para impedir los malentendidos entre estas dos partes que llevan más de tres años creyendo o pretendiendo creer que pueden llegar a un acuerdo para beneficio común, a espaldas de los españoles, su Constitución y su seguridad. Aquí está el abismo al que se asomó en su día este aprendiz de brujo muy perezoso para el aprendizaje. Lo que ya comenzó como un monumental engaño a toda la sociedad española se ha convertido en proceso para salvar su propia vida política ante las amenazas del socio negociador. Sin reparar en costes. Como no se pudieron poner de acuerdo -porque Zapatero ha sabido crear expectativas y engañar en estos años mucho mejor a los demócratas que a los que no lo son-, los etarras pueden golpear en cualquier momento a la sociedad española y a las ansias infinitas de armonía del presidente. Zapatero les ha dado media ANV legal, pero como sucede con estos compañeros de viaje, lo quieren todo. Y ni a Zapatero ni a Rubalcaba se les pasará el miedo al atentado hasta después del 27 y el día después retornará el miedo y las demandas y las prisas y las advertencias y las angustias de quien ya está a merced de quien quiso como socio .