NUESTROS VALIENTES PATRIOTAS

  Artículo de Hermann Tertsch  en “ABC” del 15 de junio de 2010

 

Aquellos que no abrieron la boca mientras el general aquél estaba vivo, ahora nos salen con su acción antifranquista

 

Está claro que nuestro país está lleno de valientes. Resulta que hay gente que, quizás gracias al juez Baltasar Garzón y sus pesquisas y largas indagaciones, ha comprobado que Franco ha muerto. Hace treintaicinco años. Pequeño detalle. Lo que supone una mediana garantía para convertirse ahora en antifranquistas con cierta seguridad. Son nuestros aguerridos antifascistas que viven en su mayor parte del erario público a través del Ministerio de Cultura o de la patente de corso para el abordaje confiscatorio de la Sociedad General de Autosuministradores y Edificadores en el exterior exótico que es la SGAE. Son los antifranquistas del más allá. Esos valientes patriotas que nos amonestan una y otra vez a quienes no les bailamos la pieza que continuamente nos montan y proponen.

Aquellos que no abrieron la boca mientras el general aquél estaba vivo o incluso semivivo. Ahora nos salen con su acción antifranquista estos aguerridos personajes, en un intento de desviar la atención ante el naufragio total de quienes han sido sus pagaderos y ante el peligro de perder su puesto como palanganeros. La verdad es que el coraje de la tropa de la que hablamos es encomiable. ¡Qué arrestos los suyos! ¡Qué valentía demuestran! Pero cabría decir que lo hacen con bastante retraso. Y que han estado muy despistados con otras farándulas casi cuatro décadas.

Porque no vayan a creer que los que ahora creen oportuno lanzar una campaña contra Franco son unos niños ilusionados con algo que llamarían algunos la justicia histórica u otras majaderías propias de estos tiempos de confusión, difusión y ridículo. La mayoría es mayor que yo. Que tengo 52 años y estuve azuzando contra Franco. Pero eso era cuando estaba vivo el general y sus gentes aún tenían muchas cosas que decir y hacer. Éstos no. Entre los antifranquistas actuales hay quienes le cantaron loas. Y se beneficiaron de un régimen que en su última fase era una dictadura más bien bobalicona que nada tenía que ver con los auténticos totalitarismos que vivimos en el este de Europa y nunca han condenado. Ni con la aún existente en Cuba que defienden. Ni con la emergente en Venezuela que tan simpática les parece. Los demás callaron bajo el franquismo con suma prudencia. Pragmatismo lo llaman. Han preferido esperar nada menos que 35 años para comprobar que el general no les haría nada por meterse con él. Y ahora a saco. A la resistencia contra el muerto. Como si se levantaran en armas contra Alejandro Magno.

Porque ya sabrán Ustedes que no tenemos aquí otros problemas. Porque España no tiene mayores cuitas que zanjar cuentas con el dictador muerto hace casi cuatro décadas.