SOCIALISMO FÁCIL

 

 Artículo de Francisco Umbral en  “El Mundo” del 21/12/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

Pues claro que ha venido el socialismo, pero es un socialismo fácil que nos lleva a añorar a Felipe González, que olía a socialista desde muchos metros. Tiene uno escrito que los rojos no eran así, y me refiero a los socialistas de antes y después de la guerra. Lo dijo muy bien Paul Johnson: «España es un pueblo de coraje, su papel no es el de mísero satélite de Francia». Pero vino Zapatero y cambió el coraje por el talante, lo cual consiste en que Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, se manifieste así: «El Gobierno no dejará que se cuestione el término Nación Española».

Diría uno que estos socialistas no saben nada del tema, pues aquí el término a debatir es precisamente «Nación». Nación es un concepto político, administrativo y feo.La palabra que unos y otros ignoran es «Patria», que viene de padre, y eso sí la hace entrañable y verdadera. España no es un satélite de Francia y el Gobierno no debe debatir lo de «Nación Española», sino devolverlo a sus límites históricos y burocráticos.Este socialismo fácil todavía no ha cogido la cosa, sino que contempla extasiado a islamistas y abertzales juntos en San Sebastián, pues musulmanes y radicales vascos conviven en la capital guipuzcoana.Eso está bien si lo hacen en buen plan, pero es un mal rollo cuando matan a una joven y violan a una vieja, que hasta en eso se equivocan.

Le llamamos a esto socialismo fácil porque no cuesta nada tomarse una copa con los separatistas y decirles a todo que sí, que bueno, que vale, que a tope, que bien. Para este Gobierno, todo lo que sea alterne es socialismo, porque Aznar no alternaba y ahí se ha quedado, de príncipe mendigo, de pequeño príncipe. El aborto por libre, el matrimonio homosexual o lésbico, la adopción de niños pobres por sarasates ricos, todo eso es socialismo fácil porque al Gobierno no le cuesta un duro y porque viene solo, traído por el aire de los tiempos. Más que socialista, este Gobierno quiere ser moderno, o mejor modernoso. Todos con todos salen por las noches a alternar y luego Zapatero está cansado y no puede ir a Polonia, pero aquí ha hecho cada noche un buen cosechón de votos.

Socialismo fácil es repartir España entre los folclóricos y periféricos, que ahora han sacado todos los viejos papeles como se saca una espada y viven en unos continuos sanfermines valencianos, gallegos, catalanes, andaluces, aragoneses, lo que sea. La cosa es invitar a Zapatero y empezar a pedirle derechos, cuando ya han soltado los toros peatonales en todas partes menos en Pamplona. El gentío corre el toro, baila sardanas, suelta los Pérez-Tabernero por Salamanca -toda España es Salamanca, el «salmantino luto» de que habló Neruda-, mientras al presi le ponen papeles a la firma y lo rubrica todo, haciendo una España de picadillo e insistiendo en lo de la Nación Española, que también está equivocado.

El revuelto gentío nacional piropea a Pilar Manjón como si fuese la Pilarica. Esa es la nueva España que nos ofrece el socialismo fácil. Socialismo difícil, como mejorar jornales y paro, eso ni lo piensan. Doña María Teresa Fernández de la Vega, a quien Pedro Jota llama ciudadana, espera que alguien la eche un piropo o le rece un rosario. Es la Macarena socialista.