PATRIOTISMO ROJO

 

 

 Artículo de Francisco Umbral en  “El Mundo” del 22/12/2004

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Cervantes era de izquierdas o lo hubiera sido, de existir este concepto, y conviene recordarlo ahora que estamos viviendo un centenario de don Miguel. Cervantes, hidalgo, como su personaje, o sea clase media, o sea burguesía del XVII. Habría que desmilitarizar el Quijote, querido Bono, pues al hidalgo, tal vez caballero, hace mucho que se lo apropió la derecha como símbolo nacional, juntamente con la bandera, el Escorial y Juana la Loca. Pero en el Quijote, quizá, nace el patriotismo de izquierdas, que también existe y nunca ha sido tenido en cuenta, como si España fuese sólo la gran finca de la derecha, la heredad de los nobles y los ricos.

Porque hay que contar con el patriotismo rojo para entender las dos Españas. Digamos que hay una manera revolucionaria de amar a España. Es la de Unamuno, por ejemplo. Fue la de Larra, y la de los primeros exiliados españoles en Francia. Ese patriotismo rojo es el que arroja tiestos mortíferos a la cabeza de los soldados napoleónicos. La extrema derecha del Siglo de Oro quizá esté en Lope de Vega. Quevedo es un teólogo fanático, cínico y genial.Sus libros de política y religión muestran en las ideas, y sobre todo en la forma, un culto barroco a un Dios barroco.

Nuestro Borbón fundacional, Carlos III, algo tiene de jacobino, de revolucionario, de afrancesado y, en una palabra, de europeo.Pero todo esto es sólo una antología de un posible patriotismo de izquierdas, que es el que hoy más falta nos hace, ahora que un antipatriotismo socialistoide sirve España en porciones a todo el que echa una instancia territorial y promete votos al señorito gótico y tardoleonés. El 98 es rojo anarquistoide y el 27 es rojo universitario. La II República Española supone una conjunción del Ateneo, las Cortes y don Manuel Azaña. Eso sí que es un tripartito. Tuvieron que levantarse los generales, interrumpiendo su café cuartelero, para cortar la movida izquierdista de Largo Caballero, Negrín, Azaña y parte del 98, como ya hemos dicho.

Es emocionante pensar que todo aquello era patriotismo rojo, o sea lo que necesitamos, una españolización de España desde la izquierda, una abolición del socialismo fácil. Cuando la Guerra Civil, hay más patriotismo, más españolismo, más españismo, en la zona roja que en la franquista, donde sólo hay retórica y militarada. Miguel Hernández y el chileno Neruda, tan madrileñizado, son España roja, poesía patriótica, esa posición ante la Historia que se ha disipado por ambas partes.

Después de la guerra, los poetas del exilio son España roja, y el historiador Américo Castro, frente a Sánchez Albornoz y Madariaga. Blas de Otero, José Hierro, los poetas sociales como Angel González, viven y cantan una España, una patria virilmente sentida. A González acaban de darle un premio de poesía que lleva el nombre de Lorca.

Ninguno de ellos cae jamás en el provincianismo ambiguo y burguesazo del federalismo financiero y el saqueo del Estado español. Mi querido Bono ha tenido que recordar a los extremistas que el Ejército protege la integridad de España.Patriotismo no es nacionalismo disperso y disipado. Nuestro patriotismo intelectual fue siempre un escarpado patriotismo rojo, de los intelectuales al pueblo. ¿Qué coños vende Zapatero?