UN FACHA

 

 Artículo de Alfonso USSÍA  en “La Razón” del 04.10.05

 

 Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

Me siento español y quiero sin límites a mi Patria. Soy un facha. Mis escasas –por la edad– actividades políticas durante el franquismo fueron rotundamente antifranquistas. Pero soy un facha. Voté con ilusión y entusiasmo a favor de la reforma política y en el «referéndum» de la Constitución. Pero soy un facha. Creo en el principio de solidaridad entre los territorios de España, y defiendo que los más favorecidos tienen que ayudar a las autonomías más deprimidas. Pero soy un facha. He estado, estoy y estaré

siempre del lado de la libertad, pero soy un facha. Me repugnan las dictaduras y las tiranías, de un signo

o de otro. Pero soy un facha. Creo en la independencia del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo

y el Poder Judicial. Precisamente por ello, soy un facha. Creo que no hay ninguna nación en Europa

más abierta a la descentralización administrativa que España. Y soy un facha. Creo en la obligación

moral y ética, como parte de la sociedad de una nación desarrollada, de acoger y ofrecer toda clase de oportunidades a los inmigrantes. Y soy un facha. Creo en la libertad de opinión y de expresión,

y, por ello, soy un facha. Creo que la administración del dinero público no consiste en el despilfarro,

las ayudas personales o las inversiones ruinosas e innecesarias, y soy un facha. Creo en Dios y en la civilización y humanismo cristianos, de ahí mi condición de facha. Creo en la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, y soy un facha. Creo en el individualismo y recelo del colectivismo, y soy un facha.

Creo en la igualdad de oportunidades y en la obligación de los poderosos de contribuir al equilibrio

de los débiles, y soy un facha. Creo en el honor, en la lealtad, en el amor y en la honestidad. Y soy

un facha. No creo en los nacionalismos excluyentes, étnicos e históricamente inventados, y soy

un facha. No creo en el rencor como instrumento fundamental para ejercer la política, y soy un facha.

Creo en el perdón y la reconciliación de todos los españoles, y soy un facha. Creo que el futuro de

España y de cuarenta millones de españoles no puede continuar en manos de unas minorías antiespañolas y chantajistas. Y lo creo porque soy demócrata, pero soy un facha. Creo en el Latín y en el

Griego, en la Poesía y en el Arte, en la palabra y el trazo, y soy un facha. Creo lo mismo en Manuel

que en Antonio Machado, prueba irrefutable de que soy un facha. Creo que ser español y sentirse español es tan duro como maravilloso, y soy un facha. Creo en los símbolos y en las emociones, y

soy un facha. Creo en la Justicia, y soy un facha. Creo que los asesinos no pueden tener más privilegios

que las familias de los asesinados, y soy un facha. Creo en la siembra del sentido común regado

con la sangre de mil españoles inocentes, y soy un facha. Creo en la vigencia de nuestra Constitución,

en sus amparos y en sus obligaciones. Y soy un facha. Creo en la Monarquía y en el ejercicio arbitral

de la Corona, y soy un facha. No creo en la división de España y en el establecimiento de diferencias entre los españoles, y soy un facha. Pues eso, ¡qué le voy a hacer! Soy un facha.