EL PANOLI
Artículo de Alfonso USSÍA en “La Razón” del 07/01/2005
Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
En los setecientos mil votos de unos españoles
que no quieren serlo, administrados por una pandilla de chantajistas, se va a
apoyar el Presidente del Gobierno de España para mantener su desgobierno. Todas
las propuestas del Partido Popular para formar un grupo constitucional compacto
frente al secesionista «Plan Ibarreche» han sido rechazadas por el Gobierno
socialista. La Izquierda Republicana de Cataluña, esta vez desde la voz de su
secretario general, Joan Puigcercós, ha avisado a Zapatero que si pacta con el
Partido Popular y no negocia con Ibarreche, los independentistas catalanes
romperán su acuerdo con el actual Gobierno, produciendo su inevitable caída.
Así, el próximo jueves, por la misma puerta que decoró la fotografía
espeluznante de las ministras modelos, ingresará en La Moncloa el «Lehendakari»
Ibarreche, con su plan bajo el brazo, aprobado por un Parlamento autonómico que
incumple las leyes y permite que en sus votaciones intervengan ilegales
parlamentarios proterroristas. Porque ese plan utópico y amenazante que
Ibarreche pretende «negociar» ha superado el trámite del Parlamento de Vitoria
gracias al apoyo de los asesinos, que han seguido instrucciones del prófugo
«Josu Ternera», ideólogo de la banda. Y ahí estará Zapatero, con esa sonrisa de
panoli inaceptable, recibiendo con cálida hospitalidad al traidor. Que los
conceptos y las voces políticamente correctas no pueden ocultar el significado
auténtico de nuestro idioma, y el «Lehendakari» Ibarreche, es ante todo y sobre
todo, un traidor. Alfombra al traidor, sonrisa al traidor y concesiones al
traidor. Todo, menos perder el apoyo en Cataluña y el resto de España de los
otros traidores. ¿Cómo no va a recibir Zapatero a un traidor si gobierna apoyado
por una minoría traidora?
Jamás se había hablado tanto en España de la aplicación de distintos
artículos de nuestra Constitución. Ignoro si nuestros gobernantes tienen noticia
del nivel de crispación de la sociedad. Los mandatos constitucionales están para
cumplirlos, y ha llegado el momento de recordarlo. Si un presidente autonómico
irresponsable y pendenciero reta abiertamente al Estado de Derecho, nada sucede
si se aplica el Artículo 155 de la Constitución, que dice así: «Si una Comunidad
Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le
impongan y actuare de forma que atente gravemente al interés general de España,
el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma, y en
el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado,
podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento
forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés
general».
La Comunidad Autónoma vasca no ha cumplido las obligaciones constitucionales
y se ha pasado las leyes por un refajo habitado por pistolas, bombas, chantajes,
secuestros, sangre, heridas, falsedades y mentiras. El Gobierno nacionalista del
País Vasco, con la colaboración patética de Izquierda Unida, está atentando
gravemente al interés general de España. Pero el Gobierno de España también va a
traicionar a nuestra Constitución, porque sus socios predilectos de ERC así se
lo exigen a cambio de sus votos para permanecer en el Poder, en el presente
caso, en el asqueroso Poder. Recibiendo con todos los honores al traidor,
Zapatero se ríe de la soberanía popular y abre aún más las heridas de las
víctimas del terrorismo. A los traidores se les habla por teléfono, y ya es
suficiente.
Los chantajistas amenazan con retirar al Gobierno su apoyo si pacta con un
Partido Popular que representa a diez millones de españoles. Diez millones son
pocos comparados con los setecientos mil privilegiados de una minoría coactiva.
El Partido Popular ha pedido que se cancelen, ante el gran desafío a España y su
unidad, las vacaciones parlamentarias. Los socialistas se han negado. No
consideran importante ni trascendental lo que ha sucedido en el Parlamento de
Vitoria, que muy probablemente albergue en el futuro al parlamento de una
autonomía foral uniprovincial. Las verjas de La Moncloa se abrirán al paso del
coche del traidor. Los guardias civiles que han enterrado a centenares de los
suyos asesinados por la ETA tendrán que saludar cortésmente a quien sostiene sus
planes con los votos de los asesinos. Y el gran panoli, al abrazar al traidor,
sonreirá.