ALIANZAS IMPOSIBLES

 

 

 Artículo de Aleix Vidal-Quadras en “La Razón” del 10.02.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Una cosa es un concepto y otra, un eslogan. Ésta es la diferencia entre el choque de civilizaciones descrito por Huntington y la alianza de civilizaciones propugnada por Zapatero. Se podrá coincidir o no con las tesis del docto profesor de Harvard, pero sus ideas aparecen perfectamente elaboradas y argumentadas, apoyadas en detallados análisis históricos, antropológicos y económicos, además de fundamentadas

cuantitativamente con profusión de datos contrastables. Por tanto, el esquema interpretativo que presenta el siglo que estamos iniciando como el de la confrontación entre grandes áreas del planeta caracterizadas por un conjunto de pautas de comportamiento, escalas de valores y escatologías que defi nen poderosos ámbitos culturales potencialmente hostiles entre sí, tiene la fuerza y el atractivo de las grandes construcciones

intelectuales que intentan síntesis ambiciosas para entender el funcionamiento de las sociedades humanas.

Después se descubren sus fragilidades, sus inconsistencias e incluso sus manifiestos errores, como ha sucedido con el marxismo, pero este tipo de empresas intelectuales de alto vuelo y arrollador aliento despiertan admiración y constituyen un excelente estímulo, tanto en sus hallazgos como en sus carencias, para seguir avanzando en la comprensión de los mecanismos que mueven al hombre y a su vida en colectividad. En estos días en que hordas de desarrapados fanáticos se dedican al vandalismo incendiario destruyendo legaciones diplomáticas de países occidentales, quemando

sus banderas y llamando al asesinato de todos los que no compartan su fe alucinada y opresiva, es imposible no reflexionar seriamente sobre la incompatibilidad intrínseca entre dos visiones ético-políticas, una laica, ilustrada, liberal, abierta, construida sobre la racionalidad y el individualismo, y otra, arcaica, inmovilista, tribal, cerrada, petrificada en torno a las revelaciones  sincopadas de un dios surgido del ardiente desierto de Arabia y poco proclive al contraste de pareceres. Algunos estudiosos del islamismo afirman que es posible una interpretación de la doctrina coránica compatible con la democracia, el respeto a los derechos humanos, la separación entre la religión y el Estado y la igualdad

de género, y atribuyen la presente ola de radicalismo violento que infecta a las masas musulmanas a la inexistencia de una Reforma y de un Renacimiento que subiesen al islam al carro de la modernidad, como sucedió con el cristianismo en el siglo XVI. A la espera de esta era de las Luces en versión islámica, la amenaza es creciente y el episodio de la brutal reacción a unas inofensivas caricaturas lo demuestra claramente.

La Alianza zapateril es, como todos sus inventos, puro humo ligero sin base teórica o empírica alguna, una mera frase publicitaria hecha añicos cada día por una realidad terrible que la ridiculiza y la desborda.