NUEVO ESCENARIO, NUEVA MENTALIDAD

 

 Artículo de Aleix Vidal-Quadras en su blog el 18-5-06

 

http://blogs.periodistadigital.com/alejovidalquadras.php 

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Es sorprendente, además de preocupante, la dificultad que encuentran algunos dirigentes del PP en comprender que el nuevo Estatuto de Cataluña y el mal llamado proceso de paz representan una discontinuidad histórica de primera magnitud que ha cambiado por completo el esquema político hasta ahora existente. Se sigue especulando sobre posibles alianzas futuras con CiU en caso de una victoria de Mariano Rajoy por mayoría relativa en las próximas generales en el supuesto de que tras las autonómicas catalanas Artur Mas gobierne en solitario la Generalitat con el nuevo Estatuto en vigor.

Este tipo de análisis ya no sirve porque si el nuevo Estatuto es ratificado por los ciudadanos el 18 de junio y Zapatero acepta una negociación política con ETA, la principal misión del PP no será gobernar España, sino impedir que desaparezca. Para ello es indispensable, en efecto, ganar las legislativas con una propuesta de reforma constitucional que cohesione la Nación y refuerce su unidad, y este propósito irrenunciable requiere la colaboración del otro gran partido nacional. Por tanto, el aliado del PP en el futuro inmediato no es un partido nacionalista, es el PSOE, que, una vez derrotado Zapatero, estará previsiblemente dirigido por gente sensata y patriótica con la que Mariano Rajoy deberá cerrar un pacto de Estado o incluso articular un Gobierno de gran coalición para recomponer el sistema desballestado por el nuevo Estatuto catalán.

De ahora en adelante, los nacionalistas han de quedar fuera de cualquier posible colaboración con los grandes partidos nacionales, dado que ha quedado demostrado que sus proyectos son incompatibles. Los sucesivos ensayos de gobernar la Nación con apoyo nacionalista han conducido a la voladura de la Constitución de 1978 y a la llegada al poder en el PSOE de un líder que está traicionando a su país. En este contexto, el PP y su máximo dirigente han de cambiar drásticamente de registro y enfocar su estrategia a la derrota definitiva de los nacionalistas, no a seguir dependiendo de su concurso para continuar con el proceso de liquidación de España como empresa común.

Así,el planteamiento de algunos presidentes regionales del PP de reivindicar un nivel de autogobierno similar al establecido en el nuevo Estatuto catalán revela una percepción totalmente equivocada de la naturaleza de la crisis que estamos atravesando y resulta suicida. La contradicción entre el discurso de Rajoy llamando a preservar la unidad nacional y a la reforma de la Constitución que devuelva competencias y recursos al Estado y las exigencias de sus barones territoriales de disponer de Estatutos de Autonomía calcados del catalán, para el que por cierto el PP pide el voto negativo en el correspondiente referendo, resulta insostenible y sus efectos electorales puden ser letales para el centro-derecha.

Si Mariano Rajoy no pone orden es esta ceremonia de la confusión y no toma las riendas con firmeza para definir de inmediato un proyecto nacional consistente que sea defendido al unísono por todas las estructuras y dirigentes de su partido, vamos irremisiblemente al despeñadero.