LA PREGUNTA: ¿VA
EL PP A SEGUIR ACOMODÁNDOSE AL CAMBIO DE RÉGIMEN PROPICIADO POR ZAPATERO?
Artículo de Aleix Vidal-Quadras en “La Razón”
del 25.04.08
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.
En el XVI Congreso Nacional del Partido Popular se hablará de muchas cosas y se
oirán muchos discursos. Sin embargo, sólo hay una cuestión realmente relevante que
la primera fuerza de la oposición debiera resolver en su próximo cónclave. ¿Va
el PP a seguir acomodándose de manera más o menos renuente al cambio de régimen
propiciado por Zapatero o se decidirá por fin a enfrentarse firme y
valientemente a los planes del actual equipo dirigente del PSOE de liquidación
de la Constitución de 1978 y de transformación de España en un conglomerado
deslavazado de nacioncillas inventadas? A lo largo de los últimos treinta años
los dos grandes partidos españoles han ido desarrollando el Estado de las
Autonomías bajo la presión de los nacionalistas catalanes y vascos aprovechando
la elástica ambigüedad del Título VIII de nuestra Ley de leyes hasta exprimir
por completo el limón del autogobierno de las Comunidades. Tras las transferencias
de la sanidad y la educación a todas las Autonomías y la aprobación de un
modelo de financiación que ponía un mayor volumen de recursos en manos de éstas
que bajo el control del Ejecutivo central, el proceso descentralizador hubiera
debido darse por culminado, pero llegó ZP y con él la centrifugación
definitiva. El nuevo Estatuto de Cataluña y la ola de reformas estatutarias
posteriores descuadernan el Estado y adelgazan la Nación hasta su práctica
desaparición. Sólo un enérgico golpe de timón llamando a todos los ciudadanos a
una renovación profunda de los fundamentos del sistema para fortalecer la
empresa común puede salvar in extremis a España de la irrelevancia y la
disgregación. Los compromisarios populares que se reúnan el tercer fin de semana
de junio han de optar entre continuar con la cabeza enterrada en la arena o
rebelarse con lucidez y coraje contra un poder destructivo y sin escrúpulos
sólo atento a su perpetuación. Todo lo demás es perder el tiempo y prolongar la
agonía adormecida de una sociedad que necesita con urgencia sacudir de su piel
ennoblecida por los siglos las sanguijuelas que le sorben la vida y le roban el
futuro.