UNA HIPÓTESIS DE TRABAJO
Artículo de Aleix Vidal-Quadras en “La
Gaceta” del 26-3-10
Por su interés y relevancia he
seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web
No se
entiende el escándalo suscitado por las declaraciones de Jaime Mayor en el Executive Forum sobre la
estrategia de Zapatero en relación a ETA cuando su tesis al respecto es bien
conocida y lleva repitiéndola hace varios meses. La esfera pública es
misteriosa y pasa súbitamente de la sordera a la atención sin que se sepa muy
bien el motivo. De hecho, lo que el ex-ministro del Interior ha pronunciado no
es una denuncia, sino una inferencia o, si se quiere, una hipótesis de trabajo.
Como
cualquier teoría seria, la de Mayor se apoya en la evidencia empírica y en la
experiencia. Repasemos algunos hechos contrastables: ZP elevó a ETA a la
categoría de interlocutor político del Estado durante su primer mandato,
sostuvo los contactos después del atentado de la terminal de Barajas en el que
hubo dos muertos, dio un trato de incomprensible benevolencia a de Juana Chaos,
uno de los miembros más sanguinarios de la banda, y en pleno "proceso de
paz" altos mandos policiales suministraron información a los terroristas
para que escapasen a su inminente detención. Ha sido ZP quién ha preferido
sistemáticamente la alianza con partidos nacionalistas radicales con tal de
dejar al PP fuera de juego en Cataluña y en Baleares.
El
Estatuto de Cataluña que liquida la Constitución de 1978 ha sido impulsado por
La Moncloa y a día de hoy sigue siendo considerado por Zapatero como plenamente
constitucional. A todo ello se puede añadir la probada capacidad de ZP para
faltar a la verdad sin que le tiemble un músculo, como quedó demostrado cuando
afirmó que las conversaciones con ETA habían quedado interrumpidas mientras las
continuaba de tapadillo.
A
partir de este conjunto de datos, es legítimo pensar que a ZP le gustaría que
Batasuna jugase en el País Vasco análogo papel al de Esquerra en Cataluña, lo
que le permitiría prescindir del acuerdo con el PP en aquella Comunidad. Para
ello, resulta imprescindible que ETA se disuelva y sus esbirros pasen a
engrosar las filas de la llamada izquierda abertzale. Después, aclamado como
gran pacificador, podría volver a ganar en 2012 haciéndose perdonar su nefasta
gestión de la crisis económica. Por consiguiente, no es descabellado dibujar un
cuadro como el que ha presentado Jaime Mayor, que si bien a lo mejor no es
demasiado factible en la presente coyuntura, sí ofrece verosimilitud. Además,
su mero enunciado contribuye a hacer la oscura maniobra más difícil al quedar
desenmascarada. Y es que los políticos como Mayor Oreja actúan pensando siempre
en intereses superiores, aunque ello implique asumir riesgos o volverse
incómodos. Intereses que están por encima de los de partido y, por supuesto, de
los del propio interesado, lo que en ocasiones le genera incomprensiones y
reproches, pero que indefectiblemente le honra.