VIDEO DE XURDE ROCAMUNDI SOBRE LAS ELECCIONES CATALANAS

Con un comentario al pie:

MUY POCAS OPCIONES

Luis Bouza-Brey (14-10-10, 10:00 hs.)

 

Comentario:

MUY POCAS OPCIONES

Luis Bouza-Brey (14-10-10, 10:00 hs.)

 

Xurde Rocamundi expresa muy bien cuál es la situación en Cataluña. A lo que él dice querría añadir algo, para el común de los ciudadanos: Cataluña tal como se está configurando es un problema, para los catalanes y para el conjunto de los españoles, pues la oligarquía cerrada y endogámica que nos gobierna por medio de debates onanistas alejados de la realidad, ha violado la Constitución democrática, consolidado un caciquismo semifeudal, vulnerado los derechos fundamentales de la mayoría de los ciudadanos, corrompido las instituciones y destruido la economía. Y además, su forma de gobernar consiste en el chantaje permanente al resto de España y la búsqueda de privilegios políticos, fiscales y económicos para ejercer el poder y sufragar el despilfarro institucional propio de una casta corrupta.

Cataluña constituye hoy el mayor factor de desestabilización y destrucción de la democracia española, y no cabe cerrar los ojos ante ello, si se quiere evitar nuestro fracaso como país. Por eso conviene seguir el consejo de Xurde y acudir a votar en masa a las elecciones del 28 de noviembre, si como españoles deseamos evitar otro infierno bananero, balcánico o dictatorial africano de otros cuarenta años.

El problema es que si se vota a la casta (PSC, CIU, ERC, IC) la dinámica degenerativa del país continuará hasta lograr destruirlo definitivamente, por lo que las opciones de voto presentes para evitarlo son escasas: quedan el PP, Ciudadanos y Ciudadanos en Blanco como organizaciones que podrían frenar la descomposición del país.

El PP es muy posible que gane las elecciones municipales y autonómicas de mayo del 2011 en la mayoría del resto de España, así como las elecciones a Cortes Generales a celebrar antes o después de ellas, según vayan las cosas. Pero en el caso de Cataluña el PP se ha convertido, para la mayoría de la población, en el chivo expiatorio de todos los males de Cataluña, por lo que es probable que aunque en las autonómicas catalanas suba algo, siga siendo un partido bisagra para el partido mayoritario (CIU o PSC), para formar gobierno con él. Pero el PP no se sabe con certeza qué es lo que va a defender si gana, en el resto de España, y como partido bisagra en Cataluña: si la democracia española o la confederación de Cataluña, Euskadi, Galicia y quien se apunte con “El Estado español”. Es aberrante pero es así, y en estos momentos no sabemos cuál es el proyecto del PP, salvo el de de ganar las próximas elecciones por inepcia del PSOE zapatético. No sabemos si será un partido que vaya a dejarse llevar por la dinámica destructiva existente o va a plantear con firmeza una alternativa democrática y española a la conjunción etnonacionalista-socialista.

Ciudadanos ha experimentado una infancia muy agitada, con liderazgo obtenido por iniciales del nombre, oscilaciones ideológicas erráticas y escisiones varias. El proyecto de partido democrático abierto inicial definido en el Tívoli quedó anulado, por las divergencias del Primer Congreso y la enmienda a la totalidad ganadora en el Segundo. Está por ver si Rivera consigue liderar la resurrección del Partido en las elecciones autonómicas y en el tercer Congreso a realizar en enero. Las encuestas parecen pronosticar que se salvará de la muerte electoral, y es posible que, si las cosas se hacen bien, consiga resucitar otra vez la esperanza que despertó en el año 2005 entre los ciudadanos contrarios al etnonacionalismo.

Para mí, que he estado implicado directamente en su construcción y evolución, aunque ahora estoy fuera, sería deseable que Ciudadanos resucitara, pues es un partido necesario, en Cataluña y en el resto de España, para intentar salvar el proyecto de Regeneración Democrática del país. Si Rivera sigue liderando bien, como ha hecho el último año, si los militantes y dirigentes definen un partido abierto, democrático de amplio espectro, y de ámbito español, en el próximo Congreso, y entre todos marcan un rumbo firme de defensa de la democracia en Cataluña y en el conjunto de España, sin concesiones a la casta y al proceso degenerativo del país, Ciudadanos volverá a ser una esperanza y un partido fundamental para el futuro de España.

Queda una tercera opción que es Ciudadanos en Blanco. Este es un partido de protesta radical contra la degeneración del sistema político español actual. Su programa se caracteriza por presentarse a las elecciones con un único punto en su programa: el de presionar para que se modifique la ley electoral a fin de conseguir que el voto en blanco compute a efectos de recuento electoral, de manera que los votos en blanco resten escaños a repartir entre los demás partidos en la asignación de escaños. Para poner un ejemplo que lo explique: si en Cataluña hay 135 escaños en el Parlamento y el número de votos en blanco fuera equivalente al número de votos necesarios para obtener dos escaños, el número de escaños a repartir entre los partidos sería 133.

Hasta que esto no se consiga, Ciudadanos en Blanco se presentará a las elecciones con el compromiso de no ocupar los escaños que le correspondan hasta que el voto en blanco sea computable al modo que acabamos de ejemplificar, en las elecciones locales, autonómicas y generales.

El programa y estrategia de Ciudadanos en Blanco no incluye más que el compromiso mencionado, sin definirse acerca de otras cuestiones igual o más relevantes que afectan al país, por lo que el partido se limita a ser un partido-protesta contra la degeneración oligárquica del sistema político promovida en gran medida por un sistema electoral aberrante, de representación deformada por las listas cerradas y bloqueadas y la desigualdad del voto según las zonas territoriales.

Estas son las tres opciones que considero que podrían frenar la degeneración y descomposición del país: PP, Ciudadanos y Voto en Blanco. Voy a formular mis preferencias acerca de ellas, y aunque está definido, a veces, por el pensamiento políticamente correcto, como elegante o prudente, que uno no debería expresar abiertamente su voto, a fin de salvaguardar su libertad, como ciudadano me siento obligado a expresar mi opinión en defensa de la libertad.

En las elecciones catalanas no votaré al PP, pues me produce incertidumbre, como expliqué anteriormente; tampoco votaré a Ciudadanos, pues me sucede algo análogo que con el PP: todavía me genera mucha incertidumbre, además de que su incertidumbre reduce su potencialidad de regeneración del sistema. Está pendiente un tercer Congreso que puede ser esencial para definir el rumbo futuro, y queda por ver si el liderazgo de Rivera se consolida con una orientación clara y firme. Yo desearía que fuera así, pero hasta después del III Congreso me reservo mi apoyo.

Me queda, por último, la opción de Ciudadanos en Blanco, a quien voy a votar en las elecciones catalanas, pues representa el voto de protesta que puede ser eficaz estratégicamente para terminar con la farsa de un sistema político que lleva treinta años gobernado en base a la abstención de una gran parte de la población de Cataluña, siendo utilizada esa abstención para efectuar políticas etnicistas y chantajes a la democracia española.

Hasta ahora, yo nunca me había abstenido en unas elecciones autonómicas, pero esta vez, que sería la primera en que lo hiciera, porque los partidos presentes no me parecen adecuados para regenerar la democracia, prefiero entregar mi apoyo a un partido-protesta como Ciudadanos en Blanco, a fin de que mi voto en blanco compute y sea tenido en cuenta como voto de rechazo a la situación actual de Cataluña.

Sobre las siguientes elecciones, municipales y generales, habré de definirme más adelante.