BATASUNA ES ETA
Artículo de GERMÁN
YANKE en “ABC” del 06/12/04
Por
su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo
en este sitio web. (L. B.-B.)
Con un muy breve comentario al final:
REDONDEAR LA ESTRATEGIA, TOMAR LA INICIATIVA (L. B.-B., 8-12-04, 20:00)
Parte
del problema de la lucha contra ETA a lo largo de toda su lamentable existencia
ha sido no querer ver las cosas como realmente son.
La evidencia de que la banda terrorista no es solamente un grupo de pistoleros,
sino que estos están al servicio de una trama totalitaria que pretende
subvertir el orden constitucional y terminar con la libertad en todos los
campos de la vida cotidiana, ha tardado lustros en imponerse. Hasta hace muy
poco tiempo, incluso en la calificación judicial, no se ha querido aceptar,
como realmente ocurre, que toda esa trama, y no solamente los pistoleros, tiene
en su entraña intelectual y práctica la violencia terrorista.
La sociedad española ha constatado con la ilegalización de Batasuna y sus
secuelas —que es la confirmación de aquella evidencia— la eficacia de una
batalla contra el terrorismo que acepta la realidad y se defiende, en
consecuencia, con los adecuados recursos del Estado de Derecho. Sin embargo, da
la impresión de que la realidad es demasiado costosa, de que el compromiso
ciudadano que implica lleva consigo exigencias que resulta más cómodo evitar
que aceptar. La tentación de ceder ante cualquier malabarismo de la banda sigue
presente y termina siendo patética la fascinación con que se contempla la mano
tramposa del prestidigitador mientras con la otra lleva a cabo su truco.
Antes y después del sorprendente acto convocado por Batasuna en San Sebastián
(sorprendente sin duda al tratarse de una organización ilegalizada por ser lo
mismo que ETA), se ha venido elucubrando sobre la posición que pudiera tomar
ante la banda, el significado de su posible distanciamiento, el cambio de
estrategia, aunque fuera «paralelo» a la violencia terrorista. Y tras las
bombas colocadas en distintas gasolineras de Madrid el pasado fin de semana y
la ausencia de condena se observa, cómo decirlo, una cierta desilusión que, en
muchos casos no llega más allá de constatar que Batasuna no tiene la valentía
de alejarse de ETA, algo de lo que todavía no se pierde la esperanza. No es
sólo el PNV el que, a estas alturas, sigue haciendo llamamientos para que,
antes de las autonómicas o después de la Navidad, se visualice que, por fin,
son cosas distintas.
Pero Batasuna es ETA y en San Sebastián no se constató nada distinto. Lo único
que Arnaldo Otegi dijo en Anoeta es que, para que ETA
deje de matar, hay que rendirse a ella en un doble sentido: aceptando su
dictado terrorista (representado por los pistoleros) en una mesa y su dictado
político, igualmente violento y representado por Batasuna, en otra.
Volvamos, pues, a la realidad. Constatemos lo que significa dialogar con
Batasuna, buscar fórmulas para convivir con ella, proponer su vuelta a la
«legalidad», esperar que retorne la prestidigitación, mantenerla en el
Parlamento vasco como un grupo político más. Y pensemos en lo que significa
que, al reafirmar el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, la unidad
de los demócratas contra el terror, el ministro del Interior no pueda sino
referirse, desde el Gobierno del PSOE, al apoyo del Partido Popular. Sólo del
Partido Popular.
BREVE
COMENTARIO: REDONDEAR LA ESTRATEGIA, TOMAR LA INICIATIVA
(L. B.-B., 8-12-04, 20:00)
Yanke tiene razón: algunos parecen
colaboradores objetivos de ETA. En el momento final del proceso no se puede
aflojar la presa si no se quiere ir para atrás, y algunas de las propuestas
dialogantes de días atrás vuelven a fomentar la pauta "negociadora"
---a base de bombas--- de ETA.
Perfilemos la estrategia: la única propuesta que el Estado
democrático puede hacer es que ETA entregue las armas y se disuelva. A partir
de ese momento ya se verá si hay algo que negociar. Lo que no se puede hacer
ahora es legalizar otra vez a parte de ETA para que pueda participar en las
elecciones. Batasuna es ETA, por lo que debe estar ilegalizada mientras los
terroristas no entreguen las armas y ETA no se disuelva. Ni siquiera parece
conveniente fomentar una retórica similar a la del PNV ---que se opone al
terrorismo, pero la Etzaintza no detiene ni un
comando de ETA--- por la que se le pida a Batasuna que pida a ETA que pare:
podrían hacerlo, quedarse tan anchos, obtener la legalización y que ETA
continuara con el terrorismo.
Que cada uno cumpla su función: PSOE y PP con el pacto
antiterrorista, el PNV ocupando espacio nacionalista, las fuerzas de seguridad
actuando, y ya se verá qué pasa hasta las elecciones. Pero una tregua ya no
debería valer: el objetivo debe ser la disolución de ETA. Y después de las
elecciones, si es posible, conseguir la alternancia. Y si no, frenar la ruptura
constitucional por todos los medios posibles, obligando a rectificar el rumbo
al PNV.