EL PLAN DE ZP PARA EL FUTURO

 

 Artículo de Iñaki Zaragueta  en “La Razón” del 10.04.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

Fue José Luis Rodríguez Zapatero quien se declaró «rojo» a la revista «Vogue». Es el presidente del Gobierno de España quien con reiteración y ánimo revanchista recuerda que fusilaron a su abuelo en la guerra civil. Es el inquilino de la Moncloa quien ha puesto a la II República como ejemplo para su gestión. Lo que en principio pareció una declaración simpática y superflua, se ha ido desvelando como un pensamiento y, sobre todo, como la expresión de una planificación detallada cuya procedencia presenta la duda de si es personal o juramentada en colectividad.

De ahí que cada día tenga más en cuenta la idea que, desde hace tiempo, expone mi amigo Rogelio sobre el proyecto que desarrolla ZP y que se desprende de las actuaciones realizadas hasta ahora.

Comenzó con el cambio de posición del PSOE respecto a la que había mantenido con el PP ante los anhelos inconstitucionales del Plan Ibarretxe. Había engañado a todos mostrándose intransigente, codo con codo con el PP, ante los acuerdos adoptados por el Parlamento vasco y frente a Batasuna. En el colmo de la hipocresía fue él mismo quien propuso el Pacto por las libertades y contra el terrorismo y, mientras tanto, iniciaba los contactos con ETA y con su entorno.

Tras el estatus alcanzado por Cataluña con ese viraje radical del PSOE, se pondrá manos a la obra con el del País Vasco en pleno apogeo de las conversaciones con ETA. En opinión de mi amigo, concederá todo aunque se empeñará en disimularlo: legalización de Batasuna con presencia en las elecciones autonómicas y municipales, acercamiento de los presos y aplicación de los máximos beneficios penitenciarios –¡casi todos a la calle! en breve plazo– e inclusión en el nuevo Estatuto del derecho de autodeterminación mediante una fórmula rebuscada al modo de «nación» en el catalán y, finalmente, acuerdo para que Navarra pueda adherirse a Euskadi. Para ello pondrá toda la carne en el asador en comandita con todos los partidos –IU, Nafarroa Bai, Batasuna, PNV... Da igual coaligarse con CiU en Cataluña y con Batasuna en el País Vasco. Todo vale. Todos contra Unión del Pueblo Navarro –si es en 2007 mucho mejor– al que le sobran dos escaños en la actual mayoría absoluta. Si se consuma esta derrota, todos ellos se erigirán en la voluntad de los navarros y votarán en el Parlamento Autonómico el referéndum previsto en la Ley. Eso sí, por ahora y a no ser que promovieran otra legislación, deberán someter la incorporación a Euskadi a consulta popular. Comprobaremos si una campaña «ad hoc» puede con todo, incluso con la historia navarra.

Después, los Estatutos de Galicia y demás Comunidades en un escenario muy diferente al actual. Zapatero se habrá asegurado la presidencia del Gobierno, ya que sólo tendrá en frente al PP, al que nada más le valdría la mayoría absoluta... Difícil situación. No sé si todo eso es bueno o no.

Tan sólo viene a mi memoria: «La primera vez que me engañan, la culpa es de mi interlocutor. La segunda, la culpa es mía».