VOTAR AL PP NO PUEDE SER UNA CITA A CIEGAS

Artículo de José Antonio Zarzalejos  en “El Confidencial” del 23 de junio de 2010

Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

José Blanco, ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, ya está dando pistas de cómo endilgar al PP un sambenito preelectoral: ha dicho que Rajoy se comporta como “las vuvucelas de la crisis” oponiendo una constante y “molesta” negativa a las iniciativas reformadoras del Gobierno. La verdad es que ni al Ejecutivo ni al PSOE le interesa demasiado la colaboración parlamentaria del PP para sacar adelante las reiteradas reformas. En Ferraz piensan que es mejor apoyarse en los partidos nacionalistas, dejando que el PP pierda dimensión estadista de tal manera que se visualice su ambición de poder por encima de su concurso a los intereses generales. Y aunque a estas alturas la estrategia de los socialistas está gastada y resulta poco creíble, parece necesario que el PP no fíe todas sus posibilidades en las elecciones al deterioro que al PSOE le propicia la crisis económica y su clamorosa rectificación de posiciones.

En otras palabras: los populares deben ofrecer argumentos, programas, líneas de acción para que el voto de los ciudadanos que quieran una alternativa a Zapatero no sea una cita a ciegas con el primer partido de la oposición. El PP puede, y en ocasiones, hasta debe, regatear su apoyo al decreto-ley de ajuste al déficit público o a la reforma laboral (así lo ha hecho con su voto en contra y la abstención, respectivamente), pero ha de cuidarse de que la opinión pública entienda por qué lo hace y cuál sería la alternativa conservadora a los planteamientos socialistas.

Los ciudadanos, por hartos que estén con la actual gobernanza de Zapatero, van a vender caro su voto. No es indefectible que el rechazo a la gestión del Gobierno se materialice en un apoyo simétrico al PP. Aunque las encuestas son muy favorables a los conservadores, también es verdad que la situación es muy volátil y puede cambiar con rapidez. La izquierda de IU, los nacionalistas de CiU y del PNV y el partido de Rosa Díez, UPyD, además de la abstención activa, son también alternativas a Zapatero, razón por la cual el PP y Rajoy han de ir modelando su opción con capacidad integradora y persuasiva.

Administrar la situación

El viernes, el presidente del PP hará una exposición económica en un Foro madrileño. Aunque a algunos les moleste, hay que subrayar que es más importante lo que diga Rajoy que quienes acudan al evento. Se pretende que el acto resulte una especie de plebiscito financiero y empresarial al PP frente al PSOE. Y habrá un nivel muy alto de representación de la empresa y de la banca, pero no alcanzará la constelación de estrellas que pretenden los populares. Lo cual, insisto, no es sustancial porque el empresariado y las finanzas deben mantener posturas muy pragmáticas -y las mantienen- de modo que hasta que el PP no marque un cuerpo de doctrina en lo económico, en lo institucional y en lo social para perfilarse como alternativa, no recogerá entusiasmos ni adhesiones públicas de ese sector.

Rajoy está administrando bien la situación, pero se aproximan fechas electorales -Cataluña, locales y autonómicas- y es ya preciso un retrato más acabado de qué hará y cómo lo hará el PP si llega al poder. Porque, insisto, la ciudadanía, cansada de la clase política en general -eso dicen las encuestas del CIS-, no va a ir a las elecciones como a una cita a ciegas. Quiere concreciones, certidumbres, garantías y compromisos. Es importante que Rajoy, el viernes, las ofrezca y desmienta a Blanco y a su metáfora sobre la “vuvucelas”.