EL MAL ESTADO DE LA NACIÓN
Artículo de José
Antonio Zarzalejos en “La Estrella Digital” del 11 de mayo de
2009
Por su interés y
relevancia he seleccionado este artículo para incluirlo en este sitio web
Habrá una enorme abstención el 7-J. Muchos
de los que quieren echar a Zapatero no están motivados por la alternativa de
Rajoy, y no pocos electores socialistas están defraudados por un Gobierno
ineficaz. Y unos y otros, hastiados de que la política en España sea entendida
por sus protagonistas como un ejercicio dialéctico absolutamente estéril. Lo
único original, constructivo y serio que se ha logrado erigir políticamente en
España en los últimos años es lo que se ha hecho en el País Vasco entre el PSOE
y el PP y, pese a su nobleza y originalidad, la iniciativa ha quedado absorbida
por el remolino de las declaraciones contrapuestas entre los dos partidos.
Esta semana -mañana empieza el debate
del estado de la nación-, y tras el prólogo dominical del mitin de los
socialistas en Madrid, asistiremos a un toma y daca en
el Parlamento cuyo guión está escrito. Zapatero ha desvelado ya sus cartas y su
defensa va a ser un ataque poco original pero muy demagógico: la crisis en
España es consecuencia de las políticas del PP, ese partido de "la derecha
más derecha" que existe y cuyas tesis son las que han hecho naufragar la
economía. O sea, el presidente lo que tratará es de dotar a la recesión -en sus
causas y motivaciones- de un carácter ideológico mirando a la izquierda del
hemiciclo para recabar apoyos y respaldos. Completará ese discurso con el
anuncio de más medidas "sociales" que, en realidad, no son otra cosa
que decisiones de gasto público. Porque aumentar el déficit público prolongando
la prestación de desempleo, por ejemplo, es una medida social sólo si se
acompaña de un proyecto reformador estructural del mercado laboral, al que el
Gobierno se niega en rotundo.
La oposición, liderada por un Rajoy
cuyos motores políticos no le dan suficiente potencia para despegar pese a la
muy larga pista de rodaje que le ofrece la crisis y la ineficacia
gubernamental, tampoco va a hablar de reformas, de medidas alternativas a las
gubernamentales, de diagnósticos que permitan una perspectiva diferente a la
pesimista actual. Se limitará a reiterar que el Gobierno no quiso reconocer la
crisis y que una vez ésta llegó ha sido incompetente en su tratamiento. El PP
cree que el desempleo, la contracción del PIB y el derrumbe de la confianza
social van a ser suficientes para ganar estas elecciones europeas y las generales
en su momento.
Esta política que se hace en España
es vieja, no interesa y resulta ineficaz. El estado de la nación es malo en lo
moral -la nación está deprimida- y en lo material -la nación no puede soportar
los más de cuatro millones de parados y el alocado gasto público-, de tal
manera que el debate en el Congreso de los Diputados no tiene otro sentido que
el de iniciar la precampaña del 7-J introduciendo en la política más decibelios
hasta provocar el ruido ensordecedor de una batalla ideológica en la que se
dirima de quién es la culpa de la crisis cuando lo que importa al común de los
mortales es saber dónde está la solución y cuándo se alcanzará.