CON DESPRECIO

 Artículo de Santiago Abascal en  “El Semanal Digital” del 20/12/04

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)


20 de diciembre.  Hace medio año me quedaba atónito en una comida organizada por el Parlamento vasco. Allí estábamos, en la misma sede parlamentaria, algunos representantes de cada grupo. Se me atragantaron los postres al escuchar a una parlamentaria socialista, ante las bravatas de Eguíbar, decir: "Yo tampoco me siento española". Para mi sorpresa, un destacadísimo dirigente socialista, que se encontraba al otro lado de la mesa, asomó la cabeza para que todos le oyéramos: "Yo tampoco", sentenció.

Quiero ser algo más prudente y bastante más honesto que ese presidente del Gobierno que desvela e inventa conversaciones privadas. No daré los nombres de los citados socialistas por haberse producido sus afirmaciones –o sus negaciones– en el marco de unas conversaciones privadas. Y no tengo forma de demostrar lo que digo. Pero todos los que allí estaban saben que es radicalmente cierto. También lo saben aquellos que se atrevieron a renegar de España.

Debo reconocer que desde ese día siento una especial repugnancia por quienes me demostraron en esa comida sus más absolutos complejos ante el nacionalismo, su vergüenza por sentirse españoles y su cobardía para afirmar una identidad nacional que sólo debería producir orgullo.

Estos días leo que el nacionalista Emilio Guevara ha redactado para el Partido Socialista de Euskadi la alternativa al Plan Ibarretxe. Según el texto del PSE, el País Vasco ya no será una Comunidad Autónoma sino una "Comunidad Nacional". Ésa es la oferta de Zapatero para ganar las elecciones en el País Vasco.

Renegar de España ante los enemigos de España, tomarse algo en la cafetería del Parlamento vasco con quien quiere liquidar a los concejales socialistas, pedir en el Parlamento de Cataluña la vuelta del brazo político de ETA a las instituciones, y decir que Euskadi es una Nación. Ésa es la política del PSE y ésa es la única alternativa de Patxi López. Para vencer al nacionalismo, más de lo mismo.

Hace unos meses yo no habría entendido la postura del partido de Patxi López, del Partido Socialista Obrero Español. Pero aquella comida fue muy clarificadora. Hoy ya no me sorprende, aunque me inquieta y me asquea, ver cómo algún parlamentario socialista toma café con Batasuna, cómo otros piden a gritos su legalización, y cómo algunos dicen no ser españoles. Y no es retórica, todos esos parlamentarios existen, tienen nombres y apellidos, y sobre todo, tiene un carné, el del PSOE.

Les he visto con mis propios ojos y les he escuchado con mis propios oídos. Y sólo puedo expresarles desde estas líneas el más sincero, honesto y amable de los desprecios.