ENTREVISTA A MARÍA SAN GIL
«El PP no va a entrar a negociar la reforma estatutaria del PSE»
Por M. L. G. FRANCO en “ABC” del 27/12/04
Por su interés y relevancia, he seleccionado la entrevista que sigue para incluirla en este sitio web. (L. B.-B.)
Cree que los socialistas vascos han abandonado el espacio constitucionalista, lo que convierte al Partido Popular en la única opción alternativa al Gobierno del PNV
SAN
SEBASTIÁN. La presidenta del PP vasco defiende con suavidad de formas la firmeza
en los principios políticos y considera que el hecho de que el PSE haya «seguido
el juego a los nacionalistas y abandonado el espacio del constitucionalismo» no
tiene que implicar que los populares tengan que entrar en la negociación de una
reforma del Estatuto de Guernica.
-¿Considera que el País Vasco
está en una nueva encrucijada con la votación del plan Ibarretxe esta semana en
el Parlamento y la propuesta de reforma del Estatuto del PSE?
-Los nacionalistas quieren ponernos en la disyuntiva de elegir entre la España
histórica o la Euskal Herria mítica; entre el marco estatutario vigente o la
aventura de la independencia y hasta hace poco el PSE tenía clara la opción,
pero ahora ha abandonado el constitucionalismo para intentar mimetizarse con el
PNV. El «plan López» es un intento de agradar y de acceder a muchas de las
pretensiones y exigencias de los nacionalistas y, al plantearlo, el PSE se ha
olvidado de las demandas de los vascos constitucionalistas, que queremos un
futuro de progreso y de libertad.
-¿Qué consecuencias tendrá el
nuevo rumbo del socialismo vasco?
-Al abandonar el espacio constitucionalista, el PSE nos deja como la única
referencia clara en ese espacio y como la única opción que verdaderamente está
trabajando en que haya una alternancia en el gobierno del País Vasco. Lejos de
querer entrar en la política de planes y contraplanes, como han hecho los
socialistas, muy movidos por el complejo que tienen de no ser nacionalistas,
nosotros seguimos creyendo que nuestro proyecto político es el mejor para la
sociedad vasca.
-Sin embargo, el PP no puede
formar en solitario una alternativa al nacionalismo.
-No estamos solos, sino acompañados de miles de vascos, que coinciden con
nosotros en no creer que por ser vasco nacionalista se tenga un plus.
-Si el PP consigue ser segunda
fuerza en el País Vasco, ¿cree que el PSE podría respaldar una alternativa
liderada por usted?
-Ya somos segunda fuerza, con lo cual lo que tenemos que hacer es revalidar
nuestra presencia en la sociedad vasca, y está claro que vamos a tender siempre
la mano al PSE, porque entendemos que tendrán que dar marcha atrás en la
aventura en la que se han metido. Su «plan López» es un error político de fondo
y hay socialistas que han hecho declaraciones terribles, como la de Nicolás
Redondo en el sentido de que es el fin de la historia del PSOE en Euskadi.
-¿Y si es el PSE la segunda
fuerza?
-Tenemos muy claro que nuestros votos servirán para formar una alternativa al
nacionalismo en el País Vasco y estamos dispuestos a sumar en beneficio de la
sociedad vasca. No obstante, la situación actual no es la misma que la de marzo
de 2004, cuando la victoria del PSOE dejó a los socialistas vascos la percepción
de que ellos lideraban la alternativa en el País Vasco. Ahora tenemos un PSOE
que ha puesto en crisis el modelo territorial y que está gobernando de la mano
de Carod-Rovira. En realidad, el que está gobernando es Carod-Rovira y Zapatero
hace seguidismo de sus políticas y eso que en toda España es gravísimo, en el
País Vasco lo es todavía más porque llevamos 25 años de gobierno nacionalista.
-Nicolás Redondo decía que la
propuesta del PSE abocaba al País Vasco a otros 25 años de hegemonía
nacionalista.
-Me niego a aceptar eso. Creo que tiene que haber un remover de cimentos en esta
sociedad, porque no podemos pensar en clave de futuro con un PNV que pacta con
ETA-Batasuna, que consiente que los terroristas estén en las instituciones y que
no tiene la firmeza democrática suficiente para acabar con ETA. Los gobiernos de
Aznar han acabado con el mito de la imbatibilidad de ETA y quienes vamos a
acabar con el mito de la imbatibilidad del PNV vamos a ser también los
populares. Una vez que ha quedado claro que se puede acabar con ETA con la
fuerza de la ley, pretendemos demostrar que con la fuerza de los votos y con un
proyecto claro se puede conseguir que el PNV pase a la oposición. Si el PSOE
renuncia a ser alternativa y se contenta con ser vicelendakari de Ibarretxe, es
su opción. Nosotros sabemos que cada día nuestro espacio electoral aumenta.
-¿Entraría el PP a negociar la
reforma estatutaria del PSE?
-No, porque no nos aporta nada positivo. No vamos a secundar el empeño de poner
encima de la mesa problemas que no son reales y que nosotros consideramos
superados. Somos vascos y españoles y nos sentimos cómodos con nuestro marco de
convivencia y buena parte de esta sociedad también está cómoda con el Estatuto.
-¿Qué cree que ocurrirá en el
Parlamento vasco cuando se someta a votación el plan Ibarretxe?
-Si el plan no sale adelante porque Batasuna vota en contra, cosa que dudo
mucho, será un fracaso político de Ibarretxe que un plan que ha dominado la vida
política de los últimos seis años no sea aprobado. Si sale adelante será un
fracaso democrático, porque habrá tenido los votos de ETA y es una vergüenza que
una formación ilegalizada, que una banda de asesinos, avale un proyecto
político.
-¿Le sorprendió que Batasuna
permitiera con su abstención que el plan superara el trámite de comisión?
-No, porque el hecho de que Batasuna esté en el Parlamento no es gratis. El PNV
sabía que en un momento determinado iba a necesitar los votos de Batasuna y por
eso sigue en el Parlamento una formación ilegalizada. Los Presupuestos están
supeditados a Batasuna y también el plan Ibarretxe. El árbitro de la vida
política en este momento es ETA-Batasuna.
-¿Cree que la situación de
Batasuna ha cambiado con el Gobierno de Zapatero?
-Los nacionalistas y los «batasunos» notan que la firmeza democrática es menos
firme con el señor Zapatero. Además, el hecho de estar continuamente atendiendo
las peticiones de los nacionalistas hace que estén más crecidos. ETA siempre ha
matado porque no estaba de acuerdo con el modelo territorial y, si ahora ponemos
eso sobre la mesa, damos el triunfo ideológico a ETA.