TEST DEL CAMBIO

 

 Artículo de KEPA AULESTIA en “El Correo” del 08/05/2005

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

En política, la apariencia no sólo forma parte de la realidad. En ocasiones no hay más realidad que la apariencia. Estos días se ha dado por inaugurada una nueva fase política en Euskadi como si su mero anuncio nos asegurara el cambio. La duda que suscita tal declaración es si se trata de una constatación o de un compromiso firme por parte de sus anunciantes. Porque lo que parece imposible es que se opere un cambio político en Euskadi sin que sus actores cambien. Sin embargo, todos los que anuncian el cambio lo hacen como si estuvieran contemplando la muda en los demás, pero sin que ellos se sintieran obligados a lo propio.

Hace tiempo que la izquierda abertzale viene anunciando el cambio que se avecina sin que dé, por su parte, muestra alguna de querer cambiar. El lehendakari en funciones señala la apertura de una nueva fase sin que precise en qué va a renovar el PNV su política. Rodríguez Zapatero se anima a escenificar junto a Ibarretxe el comienzo de un nuevo tiempo el mismo día en que Patxi López reitera su propósito de postularse como lehendakari. Hasta el PP proclama el fracaso del plan Ibarretxe mientras denuncia la impaciencia secesionista del nacionalismo.

Y, sin embargo, la sensación de que nos encontramos en puertas de un período inédito en la política vasca domina sobre la persistencia de actitudes que parecen emular las conductas de la legislatura pasada. Quizá por eso resulte conveniente dotarse de un test para calibrar exactamente la intensidad y las dimensiones reales del cambio anunciado. No sea que la apariencia acabe por ahogar esas otras realidades, hasta ahora tozudas, que en cualquier momento pueden darnos un susto.

Por efecto de la apariencia podríamos convencernos de que ETA no ha matado en dos años porque no ha querido. Incluso podríamos convencernos de que en realidad no quiere matar. Pero nadie se atrevería hoy a afirmarlo. Y menos que nadie sus habituales voceros. La entrevista entre el presidente del Gobierno y el lehendakari en funciones soslayó, al parecer, el plan Ibarretxe. Pero aún no sabemos qué hará la coalición PNV-EA con él. EHAK se dispone a entrar con tanta fuerza en el Parlamento vasco que bien podría encarnar la versión más impredecible de cuantas hemos conocido de la izquierda abertzale. Los socialistas vascos, que hasta ahora han podido eludir el viejo dilema de enfrentarse al nacionalismo o tratar de gobernar con él, protagonizan un momento post-electoral con mensajes que reproducen el discurso anterior al 17 de abril. Tampoco el PP variará de actitud, por lo menos, hasta que conozca el resultado de las autonómicas gallegas del 19 de junio. Es cierto que no tienen que cambiar todos para que todo cambie. En realidad, bastaría con que cambiase uno, el PNV. Y con que ETA no volviese a matar, sea a causa de lo que sea. Bastaría con aplicarles a ambos el test del cambio.