¿HABRA LISTA DE ETA EN LAS ELECCIONES VASCAS?

 

 Artículo de CARLOS MARTÍNEZ GORRIARÁN  en  “ABC” del 09/04/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

  

Hace apenas una semana parecía que estas elecciones vascas presentarían al menos una novedad positiva, que no es poco, respecto a las del año 2001: la anulación de las listas de Aukera Guztiak erradicaba la posibilidad de una candidatura que representara a ETA. Ya no está nada claro que sea así. El anacrónico Partido Comunista de las Tierras Vascas (EHAK), que parece un clon de los delirios izquierdistas de los años setenta, puede frustrar este cambio esperanzador. Arnaldo Otegi ha pedido a sus hooligans que voten EHAK, una formación prácticamente desconocida hasta ahora y con pinta de partido etno-comunista, una mezcla de estalinismo y nacionalismo brutal como la de Pol-pot y su partido genocida, o la de Enver Hoxa y su comunismo albanés. En cualquier caso, un disparate que nadie tomaría en serio si no fuera a sustituir a Batasuna.

¿Anda ETA tras ese partido? La banda ha jugado muchas veces con el marxismo-leninismo y otros «ismos» izquierdistas, pero el nacionalismo étnico totalitario siempre le ha bastado para justificarse.

Históricamente, todas las aventuras marxistoides surgidas en el seno de ETA han generado escisiones que han abandonado el terrorismo. Es una de las razones por las que ETA nunca ha querido crear un típico partido comunista. Tampoco es el caso. Más bien creo que EHAK es una oportunidad sobrevenida tras el fracaso de AG, y que ese partido, formado sobre todo por militantes del sindicato LAB -legal a día de hoy-, se fundó hace tres años al margen de Batasuna. Eso explicaría su propaganda artesanal, a base de pancartas y carteles manuales. Los etnocomunistas también recibirán como agua de mayo el desembarco de las huestes batasunas. Conociendo un poco ese mundo, seguro que algunos ya se imaginan dirigiendo a ETA para su revolución etnoproletaria y otros desmanes previsibles.

Pero lo importante no es si ETA aprobó o no la creación de esa sigla, sino el dato seguro de que la ha hecho suya. Si bien es cierto que no bastaría con que Batasuna pidiera el voto a un partido para ilegalizarlo, igualmente cierto es que cualquier candidatura con los fines y el programa de Batasuna debería ser anulada, igual que AG. Pues bien, EHAK ha dejado claro, con mensajes idénticos a los de AG, que no condena el terrorismo. Así que el Gobierno y la fiscalía del Estado deberían proceder para que los jueces juzguen si es tolerable otra candidatura que representa los intereses etarras, sean cuales sean sus orígenes.

Puede que cuatro o cinco escaños de EHAK estropearan las aspiraciones del tripartito, mejorando las de PSE y PP. Pero ese no es el problema. La experiencia demuestra que a ETA no le dañan las marrullerías y cálculos interesados, sino la aplicación implacable, con todas las garantías, de leyes democráticas impecables. Las instituciones no deberían defraudar a los ciudadanos esperanzados en que, por lo menos, estas fueran las primeras elecciones vascas sin listas proetarras, aunque vuelva a ganar Ibarretxe. Erradicar la violencia política impune y tolerada sigue siendo urgente. Y en esta campaña electoral, además de las amenazas consabidas, ya han sido atacadas sedes y vehículos del PSE, PP, incluso del PNV y Aralar, y golpeados militantes de Unificación Comunista que pedían firmas contra el Plan Ibarretxe.

Miremos hacia Irlanda. Ha sido muy aplaudida la petición de Gerry Adams al IRA para que abandone las armas unilateral y definitivamente. Se ha subrayado el interés electoralista que subyace a esa petición, pero bendito interés si el miedo a la debacle electoral obliga al Sinn Fein a pedir al IRA que desaparezca. En efecto, la tolerancia cero pactada por los gobiernos británicos e irlandés obliga a Adams a pedir el desarme del IRA.

Nuestros paralelismos con Irlanda son escasos, pero el Pacto Antiterrorista permitió al menos acercarnos en esto: una estrategia de Estado, compartida, de tolerancia cero de ETA en cualquier forma, candidaturas inclusive. Y sólo sostener una política similar en España, contra viento y marea, y pese a las tensiones entre Gobierno y Oposición, PSOE y PP, obligará a los nacionalistas a exigir a ETA que desaparezca para siempre. Por eso es una grave incoherencia cualquier componenda y chanchullo. Tolerar la lista de EHAK para perjudicar al PNV puede parecer astuto, pero tendrá consecuencias mucho más graves: por ejemplo, otros cuatro años de comando parlamentario pactando con Ibarretxe su independencia a plazos.