DIVIDIR SUMA. SUMAR RESTA

 

 Artículo de Juan Carlos Rodríguez Ibarra. Presidente de la Junta de Extremadura,   en  “ABC” del 22/04/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

COMPARANDO las elecciones vascas del 2005 con las mismas elecciones del 2001, el título de este escrito es cierto. Cuando PP y PSOE sumaron sus esfuerzos en una estrategia de confrontación contra el bloque nacionalista, restamos en lugar de sumar. De esa estrategia nació el plan soberanista de Ibarretxe. Cuando PP y PSOE han vuelto a dividir sus fuerzas, el resultado ha sumado y el resultado electoral se adivina positivo para el País Vasco y para el conjunto español.

Cuando, el 14 de marzo de 2004, ganó el PSOE las elecciones generales, el Plan Ibarretxe estaba vivo; dicho Plan nació con el Gobierno del PP y va a morir con el Gobierno del PSOE. Era una propuesta anticonstitucional y se le ha derrotado con una respuesta constitucional, política y electoral. A partir de las elecciones vascas se abre un escenario inédito y deseable por todos los que trabajamos por la paz y por el entendimiento. Ibarretxe, en su alocución del domingo por la noche, ni habló de su Plan ni de referéndum. Del «tenemos que decidir nosotros (los nacionalistas)» de la campaña electoral, pasó al «tenemos que decidir todos» de la noche electoral.

Los ciudadanos vascos han querido jugar con las reglas que marca el Estado. Cuando en la época del PP gobernante el Estado buscó el enfrentamiento y la confrontación, la mayoría de los vascos jugaron en ese escenario. El resultado fue el Plan Ibarretxe, es decir, la confrontación. Cuando el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha buscado el diálogo, la mayoría de los vascos ha buscado y encontrado el diálogo. En el primer escenario fortaleció al PNV-EA, en el segundo escenario lo ha debilitado. En definitiva, en el plazo de un año, el tiempo en el que el PSOE lleva gobernando España, hemos pasado del grave peligro de una gran confrontación a las ventajas de un gran entendimiento. Y el entendimiento en el País Vasco es lo mejor para España.

¿Qué me sugiere ese entendimiento? Ya sé que es pronto para aventurar propuestas; pero o las hacemos los políticos o nos las hacen nuestros suplentes (los tertulianos). Después de las elecciones vascas, se debe mirar al País Vasco sin perder de vista a España. ¿Qué veo?:

Sin duda, una coalición PNV-EA que ha ganado las elecciones, pero que con las cartas que han repartido los ciudadanos (que no el lehendakari) esa coalición no puede formar Gobierno, salvo que se alíe con el Partido Comunista de las Tierras Vascas. Cualquier demócrata que busque la paz y el entendimiento sabe que eso sería un desastre para la estabilidad vasca y un despropósito para España. Evitarlo es nuestra obligación. ¿Con qué medios? En la mente de muchos estará la entrada en juego del PSE-PSOE, que con 18 escaños tiene la llave, mediante la abstención o el voto afirmativo, para asegurar un Gobierno en minoría o mayoritario del PNV-EA.

Pero esos dos no son los únicos escenarios que pueden contemplarse. Queda un tercero que, para mí, sería el prioritario: el PSE-PSOE más el PP suman 33 escaños. Esa coalición post-electoral se convertiría así en la primera fuerza parlamentaria del Parlamento de Vitoria. ¿Sería posible que PSE y PP confluyeran en un proceso de negociación para convertirse en una coalición post-electoral con mayoría minoritaria? Si así fuera, se abrirían tres posibilidades:

1.-Propugnar un acuerdo de legislatura PSE, PP y PNV-EA para que gobierne PNV-EA con apoyo parlamentario del PSE y PP. La condición imprescindible sería la retirada formal del Plan Ibarretxe y la apertura de una Mesa para la elaboración de un Estatuto de Autonomía Reformado.

2.-Buscar un acuerdo de Gobierno con lehendakari del PNV-EA, con un nuevo tripartito: PNV-EA, PSE y PP. La presencia de los dos partidos constitucionalistas anularía cualquier sueño independentista del PNV-EA. El Partido de los Comunistas de las Tierras Vascas quedaría desactivado y sin papel que jugar en el Parlamento Vasco.

3.-Acuerdo de Gobierno PSE, PP y PNV-EA, con lehendakari socialista. Se abriría paso la propuesta estatutaria de Patxi López y se emprendería una legislatura de diálogo, entendimiento y ubicación definitiva y pactada del País Vasco en España. Esta última propuesta significaría la retirada definitiva no ya del Plan Ibarretxe, sino del propio Ibarretxe, que ha fracasado en su sueño de «ir a por ellos», en su amenaza de «os vais a enterar», cuando adelantó las elecciones vascas para ratificar con el electorado vasco lo que derrotó la soberanía nacional en el Congreso de los Diputados, o en su anhelo de someter a referéndum un Plan que Otegui apuñaló cuando votó sí a que se diera traslado a Madrid, que el Parlamento español mató con el voto de rechazo amplísimo, y que los electores vascos han enterrado con la votación del domingo pasado.

Hago esta reflexión porque, como socialista, me veo concernido en la solución que seamos capaces de arbitrar para evitar el conflicto y buscar el entendimiento. Como casi siempre, el gran problema de los socialistas vascos es que, una vez más, estamos en condiciones de poder decidir. Con mi propuesta, abro las puertas al PP para que, a pesar de su descenso electoral, también tenga esa posibilidad. Si rechazara de plano estas consideraciones, se habría quitado un problema de encima, pero se metería de lleno en una gran tragedia: no tener nada que decidir en el País Vasco y, por cierto, tampoco en Cataluña. Y es mucho lo que nos jugamos como para que Rajoy sólo aspire a crispar y a arremeter contra los que siempre han estado del lado de la paz, el diálogo, la convivencia y la Constitución. Los vascos han votado. Ahora no se puede escurrir el bulto. Si queremos la paz, vayamos a por la paz. Es una ventaja no tener que comprometerse y arremeter contra Rodríguez Zapatero, pero no hay que abusar de esa ventaja porque, de vez en cuando, es obligatorio hacer algo más que no hacer nada.

Estoy seguro de que el PSE-PSOE encontrará la mejor fórmula que nos permita vislumbrar un horizonte de paz, de entendimiento, de colaboración entre vascos, y de compromiso con el resto de los españoles.