EL FUEGO ALCANZA AL GOBIERNO

 

Zapatero ha tardado seis días en reaccionar al descomunal desastre de Galicia 

 

  Editorial de   “La Razón” del 10.08.06

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el editorial que sigue para incluirlo en este sitio web. 

 

Con una apostilla a pie de título.

 

TERRORISMO EN GALICIA: Las responsabilidades políticas debe exigirlas la oposición y ya las evaluarán los ciudadanos. Pero las penales deben ejercitarse con el máximo de contundencia, pues los efectos de este desastre son como los de una guerra: están arrasando el país e incluso han producido víctimas humanas. El Código Penal debería modificarse para agravar las penas. Este país es demasiado blando con determinado tipo de delitos. Cuando pienso en Rois quemado en un 70% de sus hermosísimos bosques me saltan las lágrimas a los ojos. ¿Y qué queda de la demagogia de la oposición de la izquierda con "Nunca mais"? ¿"Nunca mais, qué"? (L. B.-B., 10-8-06, 18:30)

 

Al presidente del Gobierno le preocupa el fuego que arrasa Galicia. Ése fue el mensaje que quiso dar ayer con su viaje, seis días después de que comenzasen los incendios que ya se han cobrado tres muertos. Rodríguez Zapatero quiere acallar las críticas y no está dispuesto a que se repita lo que le sucedió el verano pasado con el incendio de Guadalajara. En aquella ocasión murieron once personas de un retén y se quemaron miles de hectáreas en medio de acusaciones de inefi cacia por parte de las autoridades castellano-manchegas. Zapatero, entonces, se hizo esperar. Una

espera que desgastó su imagen y dejó un poso de mala gestión. Ahora, un año más tarde, el presidente intenta que el desbarajuste organizado por la Xunta de su compañero de partido Touriño al aplicar las medidas antiincendios no vuelva a quemar su imagen.

En Galicia, Rodríguez Zapatero ha coincidido con la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, que también ha reaccionado –o a la que han hecho reaccionar– y ha acudido a Santiago de Compostela para tomar contacto con la situación.

Una semana más tarde. Una llegada, ésta de Narbona, que no ha sido nada afortunada, ya que ha estado precedida de la polémica –avanzada en LA RAZÓN– en torno a la exigencia por parte de la Xunta de la necesidad de hablar gallego para formar parte de las cuadrillas que luchan contra el fuego y, ya sobre el terreno, lanzar acusaciones de que en el origen del fuego había personas «despechadas» que no habían sido contratadas para formar parte de esos retenes.

Un despropósito tras otro, con fecha y hora, entre los que cabe apuntar la petición de la Xunta de ayuda a Portugal –que bastante tiene con hacer frente a sus propios incendios– antes de solicitarla al Gobierno central o al propio Ejército, institución significativamente apartada por los nacionalistas del BNG de la campaña de verano para labores de prevención, con la excusa de que no había dinero para el alojamiento y manutención de los militares. Soldados que la Xunta se ha visto obligada a llamar al verse desbordada.

Una catástrofe que anoche sumaba en toda Galicia casi 150 incendios, medio centenar de ellos sin control, y siete detenidos como presuntos autores, no era motivo sufi ciente para que el titular de Interior, Pérez Rubalcaba, interrumpiese sus vacaciones en Cantabria. Los ciudadanos, como ayer apuntaba una mujer afectada por el fuego, se sienten desamparados.

Ante tales muestras de torpeza política, no son de extrañar iniciativas como las del presidente del Partido Popular de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, al anunciar la creación de gabinetes de crisis «a partir de ya» en los ayuntamientos gobernados por su partido. Como tampoco que la población se organice de manera espontánea debido a la incapacidad del PSOE y BNG, demasiado preocupados por hacer remontar a los suevos el origen de la patria gallega en el nuevo Estatuto, pero que han demostrado un espíritu sectario y revanchista a la hora de desmontar el sistema de lucha contra el fuego puesto en pie por el PP. La Xunta, ayer, pidió serenidad a los afectados. Demasiado pedir tras el espectáculo vivido de ineficacia.