EUROPA QUIERE ANCLAR EN OCCIDENTE A LA NUEVA UCRANIA DE VÍKTOR YÚSHENKO
Informe de ENRIQUE SERBETO. CORRESPONSAL en “ABC” del 22/01/05
Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)
Javier Solana, que jugó un papel esencial en la crisis electoral que precedió a la victoria de Yúshenko, será el invitado de honor de las ceremonias del domingo
BRUSELAS. La
nueva época que se inicia este domingo en Ucrania con la toma de posesión del
presidente Víktor Yúshenko marcará sin duda un cambio fundamental en la política
exterior de este país y los principales dirigentes occidentales han tomado buena
nota de ello, para asegurarse de que Kiev quede vinculada con Europa.
El representante de la política exterior común de la Unión Europea, Javier
Solana, que jugó un papel esencial en la crisis electoral que precedió a la
victoria de Yúshenko, estaba ayer en Kiev y será sin duda el invitado de honor
de las ceremonias.
En realidad, todas las instituciones europeas estarán representadas al más alto
nivel en la toma de posesión de Yúshenko, lo que constituye un mensaje
inequívoco de que existe una voluntad de atraer a Ucrania hacia la órbita
comunitaria. Además de Solana, por parte de la Comisión Europea estará la
comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero, que antes de partir calificó
a Ucrania de «país de importancia estratégica para la UE». El secretario general
de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, también asistirá a la ceremonia de toma de
posesión, otra señal evidente de interés ante el nuevo periodo por parte de la
Alianza Atlántica. Hasta ahora, Ucrania dispone de un estatuto especial en sus
relaciones con la OTAN -similar al de Rusia- pero ayer mismo, De Hoop Scheffer
dio a entender en Bruselas que no se podía descartar que Ucrania fuese un día
miembro de la OTAN si lo solicita.
Por el momento, cualquier paso en relación a Ucrania puede causar quejas por
parte de Moscú y hasta ahora, la Comisión Europea tenía claro que sus planes
para ofrecer a Ucrania solamente incluían fórmula más favorable de estatuto de
vecindad dentro del «espacio europeo». La fórmula del «espacio europeo» es una
figura que se empezó a crear en la pasada Comisión Prodi y como el italiano lo
definió, se trata de ofrecer a los países que rodean a la UE un estatuto en el
que puedan compartir «todo menos las instituciones». Sin embargo, el jueves
pasado el Parlamento Europeo pilló por sorpresa a los que preparan este camino
dentro de la DG de Relaciones Exteriores y sencillamente lanzó el mensaje de que
en realidad Ucrania debe ser miembro de la Unión y no solamente «vecino». Por
una abrumadora mayoría de 467 diputados a favor y 19 en contra, los
eurodiputados aprobaron una resolución en la que piden que Bruselas envíe a
Ucrania «una perspectiva europea clara que pueda desembocar en la accesión del
país a la UE» como miembro de pleno derecho.
Sensación de fatiga
Es cierto que en Bruselas todavía pesa mucho la sensación de fatiga y de cierto
desencanto que ha dejado la última ampliación, que ha incluido a varios países
-Polonia, República Checa- donde los sentimientos proeuropeos han resultado ser
mucho más endebles de lo que se esperaba.
Los Gobiernos de los 25 ya tienen bastante con la perspectiva de Turquía y el
inicio formal de negociaciones en otoño, como para pensar seriamente en integrar
en la UE a un país de cincuenta millones de habitantes con una renta per cápita
aun más baja que la de los turcos. Pero existe una voluntad de anclar a este
país a la órbita europea. Ayer mismo en Kiev, el mismo Javier Solana volvió a
dejar abierta la puerta del ingreso en la UE con una de sus frases de dimensión
política, diciendo que «para Ucrania todo es posible», pero sin ocultar que no
es una cosa fácil para nadie. El mensaje de Solana es que ahora es cosa de los
propios ucranianos, porque son ellos quienes «deben hacer el trabajo. Deben
tener la energía y la movilización de todo el país y hacer las reformas
necesarias para acercarse lo más posible a Europa. Nada es imposible para
Ucrania».