LA ARROLLADORA VICTORIA DE HAMÁS EN LAS MUNICIPALES, SERIO AVISO PARA ABBAS

 

Cuatro mil policías palestinos controlan el norte y el sur de Gaza mientras que el «Tsahal» vigila la zona de las 21 colonias judías a evacuar y los pasos fronterizos

 

 

 Informe de  JUAN CIERCO, CORRESPONSAL en JERUSALÉN,  en  “ABC” del 29/01/05

 

Por su interés y relevancia, he seleccionado el informe que sigue para incluirlo en este sitio web. (L. B.-B.)

 

 

 

. «Alá es grande y Hamás también». Así resumían ayer y celebraban en la calle miles de simpatizantes del Movimiento de Resistencia Islámico la arrolladora victoria de los integristas palestinos en las elecciones municipales del jueves, desarrolladas en diez localidades de la Franja mediterránea. Han sido las primeras municipales en estos pagos desde la ocupación israelí de 1967.

Hamás se presentó en nueve de las diez circunscripciones y ganó en siete. Los fundamentalistas islámicos lograron 77 de los 118 escaños en juego, por sólo 26 de Al Fatah, el partido de Mahmud Abbas (conocido también como Abu Mazen), y 15 independientes. La participación superó el 85 por ciento de los censados. Es decir, ni un pero.En la primera fase de las municipales, que tuvieron lugar en 26 localidades de Cisjordania el 23 de diciembre, Hamás también obtuvo resultados muy por encima de sus expectativas, aunque en este caso, tal y como estaba anunciado, el triunfo correspondió a Al Fatah.

La próxima cita, el 28 de abril en 100 puntos de Gaza y Cisjordania. Luego habrá una cuarta. Y en todas, Hamás asoma amenazador. Sobre todo en la más importante para los intereses del nuevo presidente palestino y de su partido, que han recibido con lo sucedido en Gaza en las últimas horas un serio aviso y un toque de atención que le han amargado su primer viaje oficial al extranjero a Abu Mazen.

Elecciones legislativas

La fecha en cuestión, el 17 de julio. Entonces los palestinos están convocados a las urnas para decidir la composición del Consejo Legislativo. Entonces, y a diferencia de las presidenciales del 9 de enero que boicoteó sin disimulo, también participarán los integristas.

Ese es el margen con el que cuenta Mahmud Abbas para demostrar a los palestinos que combate la corrupción y el nepotismo habitual en Gaza y Cisjordania; que se pone firme en sus próximas negociaciones con Ariel Sharón (el primer cara a cara, como adelantó ayer ABC, será el 8 de febrero); que está dispuesto a tomar el control político, económico y social de esa Palestina que no existe pero sufre día a día la ocupación, el caos y la anarquía.

La falta de una Administración palestina eficaz es, además de la sempiterna ocupación israelí, lo que le ha dado alas a Hamás para imponer sus reales, sobre todo en Gaza. Allí, el movimiento fundamentalista ha puesto en órbita una red de asistencia social (colegios, guarderías, hospitales, ayuda a las familias de los «mártires», etcétera) que ha sembrado semillas hoy crecidas en flor.

Abbas necesita pues el apoyo inmediato de Estados Unidos y la Unión Europea a su programa político, social y económico. Pero sobre todo necesita a Israel. La evacuación de la Franja y las últimas medidas aplicadas sobre el terreno son una buena carta, aunque todavía insuficiente, de presentación.

Moshé Yaalón, jefe del Estado Mayor israelí, ha ordenado a sus tropas congelar todas las operaciones ofensivas en Gaza una vez desplegados cuatro mil agentes palestinos en el sur y norte de la Franja.

Eso sí, no contendrá a sus soldados ante posibles ataques de los rebeldes palestinos que no acaten la tregua o sortean a las Fuerzas de Seguridad de Abbas.

La Autoridad Palestina controla pues dos tercios del territorio de Gaza. El otro está vigilado por el «Tsahal», que protege a las 21 colonias judías que deben ser desmanteladas este verano. También están bajo supervisión hebrea las terminales fronterizas.

Pasos, en efecto, en la buena dirección. Pasos sin zancadillas de por medio por ahora. Pasos cortos, seguros, lentos, pero imprescindibles para devolver cierta confianza mutua a sus principales protagonistas.

La clave, saber hasta dónde llegarán esos pasos y cuánto tiempo tardarán en alcanzar su destino. De quedarse a mitad de camino, Hamás recogerá el testigo. Y esta vez, a diferencia de las pasadas, lo tomará de las urnas.