¿AÑO NUEVO EN IRAK?

 

 Artículo de Rafael L.Bardají en “ABC” del 07.01.07

 

 Por su interés y relevancia he seleccionado el artículo que sigue para incluirlo en este sitio web.

 

En los próximos días, George W. Bush hará pública formalmente su nueva estrategia hacia Irak. Todos quienes han celebrado la muerte de los «neocons» quedarán ampliamente frustrados: el presidente americano no va a seguir las recomendaciones de la comisión Baker (retirada escalonada), ni las demandas demócratas (retirada ya), ni la visión de los actuales mandos militares (seguir igual). Por el contrario, va a adoptar las ideas que han sido impulsadas por los apresuradamente dados por muertos neoconservadores. Va a incrementar las tropas en Irak. Como les dijo hace nada a sus generales, «quiero una estrategia para vencer, no una para huir».

¿Por qué otra vez los «neocons»? Porque, a diferencia de todos sus detractores, son los únicos, como ya pasó el 11-S, que le ofrecen al presidente americano una posibilidad de victoria. Los demás se resignan a que Irak sea un nuevo Vietnam. Pero Bush hijo no quiere repetir los errores de guerras pasadas.

Por eso no es casualidad que lo que vaya a decir el presidente sobre lo que hay que hacer, además de adornarlo con conceptos nobles pero extraños a los europeos (honor, sacrificio, aguante), se base en las ideas elaboradas en el «think-tank» que se considera la cuna del neoconservadurismo, el «American Enterprise Institute», y se hayan estado publicando en el semanario estrella de esa corriente política, el «Weekly Standard» de William Kristol. La idea básica es aumentar las tropas en una cifra entre 30.000 y 50.000 soldados, concentrar su despliegue inicialmente en la capital y poner el énfasis en combatir la inseguridad más que en formar al ejército iraquí. Cosas, hay que admitirlo, que los neocononservadores han defendido desde el verano de 2003.

Ahora bien, el presidente Bush no es un ideólogo, sino un político, y necesita lograr los apoyos necesarios, no sólo ganar la batalla de las ideas. De los demócratas poco puede esperar y de entre los suyos, sólo el presidenciable McCain se ha mostrado a favor. Pero al menos ya cuenta con un buen plan.